De acuerdo con Benjamín Toselli, de IT Hunter, la proyección laboral que puede tener un trabajador en el tiempo no es resultado del azar.
¿Le gustaría ver incrementado su “valor” en el mercado del trabajo? ¿Quisiera saber cómo potenciar su carrera profesional en el largo plazo? ¿Está dispuesto a sacrificarse para lograr ese desafío? Bueno, si alguna de las respuestas a esas interrogantes es afirmativa, ponga atención a los siguientes párrafos.
De acuerdo con Benjamín Toselli, presidente ejecutivo de la consultora IT Hunter, la proyección laboral que puede tener un trabajador en el tiempo no es resultado del azar. Por el contrario, obedece a la combinación de una serie de factores que se deben tener en cuenta y trabajar con anticipación.
“Un profesional que quiera planificar su futuro tiene que dar ciertos pasos, en el tiempo, que contribuyan a lo anterior. Entre ellos podemos mencionar, por ejemplo, el hecho de contar con una visión de futuro, conocer sus fortalezas y debilidades, y actualizar sus conocimientos en forma permanente”, sostiene el especialista.
Elementos a considerar
1. Definir visión profesional. Este punto se relaciona con la dirección que una persona quiere dar a su carrera laboral, es decir, donde se proyecta en el futuro. Esto significa visualizar el tipo de cargo que se quiere ocupar, el sector donde se quiere estar y la clase de empresa que se quiere integrar. “Así como la mayoría de las organizaciones definen una visión de futuro o Norte, cada trabajador debiera hacer lo mismo con el objeto de canalizar sus energías y esfuerzos en una dirección determinada y con objetivos bien definidos”, explica el presidente de IT Hunter.
2. Autoconocimiento. En la medida que el individuo sepa para qué es bueno o lo que, realmente, le gusta en el trabajo, más fácil será para él definir su visión profesional. “Si tengo claro cuáles son mis fortalezas y mis debilidades, mayor claridad tendré para definir como me quiero proyectar en el tiempo o hacia dónde dirigiré mis esfuerzos laborales”.
3. Desarrollar habilidades blandas. Es decir, un conjunto de aptitudes que son clave para que un individuo pueda relacionarse, adecuadamente, con el resto de las personas, ya sea dentro o fuera de la oficina. “Estamos hablando de Empatía, Sociabilidad, Capacidad de Escuchar, Actitud Positiva y Asertividad, entre otras, las cuales se pueden ir desarrollando a través de los años”, añade Toselli.
4. Invertir en capacitación. Mantener los conocimientos actualizados, y estar al día con las novedades y avances del área de especialización que se posee, es fundamental para destacar como profesional y proyectarse en el ámbito del trabajo.
5. Estrechar lazos. Conocer a nuevas personas en el mundo laboral permite ampliar las redes de contacto necesarias para acceder a mayores y mejores oportunidades de trabajo.“Estamos en una sociedad donde sus miembros están cada vez más conectados, apoyados en gran medida por el avance de las tecnologías. LinkedIN, por ejemplo, es una herramienta útil para establecer interesantes vínculos profesionales”.
6. Aprender de los demás y de sí mismo. Sacar enseñanzas de terceros, que cuentan con más años de experiencia laboral- ya sea hablando con ellos, pidiéndoles consejos o simplemente observando cómo trabajan- es un estrategia que da resultados. Asimismo, es importante que cada individuo pueda aprender también de sus propios errores y fracasos. “En el primer caso, la persona puede tomar como modelo a un ejecutivo o profesional exitoso y ver la alternativa de reunirse con él, con el objeto de sacar algún tipo de lección o aprendizaje”, concluye Toselli.
Foto I Pixabay