Estanislao Bachrach es un "entrenador de cerebros" que considera que los líderes pueden entrenar su cerebro para hacerlo más creativo.
Excelsior.com.mx. Una investigación fracasada, ansiedad y crisis fueron los factores que llevaron a Estanislao Bachrach a pasar de ser científico de un laboratorio en Harvard a ser un “entrenador de cerebros”.
El biólogo molecular de profesión asegura que los líderes pueden entrenar su cerebro para hacerlo más creativo y transmitir eso a sus equipos. Para Bachrach, la creatividad se trata de “convencer al cerebro” de hacer cosas que van contra su propia naturaleza egoísta, ahorradora de energía y hedonista.
Es esencial que un buen líder, que el experto define como “un loco que cuando alguien lo sigue empieza a ser líder, y esos son los líderes escondidos”, explote su creatividad a pesar de los factores externos o de su propio cerebro.
Hay que usar el pensamiento y las emociones para convencer a tu cerebro que ser creativo -que es hacer cosas que nunca se hicieron y probablemente fracasar- al final del camino nos va a dar placer y va a estar bueno. Al principio hay frustración, esto no funcionó, al cliente no le gustó, pero tienes que seguir. Es una especie de conversación con el cerebro”, explicó en entrevista con Excélsior.
A pesar de que, a decir de Bachrach, el contexto en el ambiente laboral es clave para que un empleado y un líder desarrollen su creatividad, también los momentos de crisis son el mejor tiempo para nuevas ideas.
“Los contextos complejos de un país o de una industria son espectaculares momentos para la creatividad, esos son los momentos donde hay que usarla, ahí rápidamente puedes hacer una diferencia con los demás, con tus clientes, con tus competidores, con quien sea”, comentó.
Asociaciones
Si bien no hay una guía para enseñar al cerebro a ser creativo sí hay técnicas. Bachrach habla de 30 de ellas en su libro 'Ágilmente'.
Pero en entrevista después de su presentación en el Foro WOBI on Leadershipcomparte una que los líderes pueden aplicar.
Se trata de la asociación forzosa, es decir, pensar en cosas que no tienen relación y forzar asociaciones con ellas. Ahí empiezan a suceder cosas creativas.
“Nasa y zoológico, por ejemplo. Lo importante es que para que el ejercicio funcione, uno se ponga hacer como mínimo cien. El cerebro, dice, no es mucho, pero la creatividad empieza con mucho trabajo”, dijo Bachrach, quien cita al iPod como el resultado de creatividad.
Abrazar el cambio
Argentino de nacimiento, Bachrach asegura que lo mejor que la neurociencia ha traído es hacer que los líderes entiendan que el cambio es bueno y dejen de gastar energía en resistirlo.
La propia historia del ahora consultor de grandes empresas como Mercedez Benz y Coca-Cola está llena de cambios, al ser su propio cerebro el que le envió señales, a través de enfermedades, para indicarle que su camino no era un laboratorio.
Para Bachrach, la importancia de cambiar radica en que es esto precisamente lo que dispara la creatividad. “Si uno no toma riesgos no puede ser creativo ni cambiar”.
