Por Dr. Manuel José Irarrázaval, director del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián.
El gasto de bolsillo en medicamentos es un tema no menor para los chilenos. La propuesta del Gobierno de autorizar su venta fuera de las farmacias, es probable que tenga un efecto económico limitado, pero sí podría tener buenos resultados en la automedicación.
Un impacto mayor en la reducción de los costos, pasaría por otras acciones, tales como:
1. Reimpulsar una política de genéricos bioequivalentes, luego de los buenos resultados que estableció la intercambiabilidad de medicamentos al introducir la equivalencia terapéutica.
2. Fortalecer la negociación con productores farmacéuticos de India, país que ha desarrollado una potente industria y dispone de organismos evaluadores confiables. Esto permitiría mejorar la disponibilidad de genéricos bioequivalentes a un costo significativamente menor al actual para ser distribuidos en el sector público y privado.
3. Autorizar a personas naturales o jurídicas la importación y comercialización de medicamentos debidamente certificados por entes evaluadores de calidad europeos y norteamericanos.
4. Reformular las normas para el fraccionamiento en la dispensación de medicamentos y así evitar el sistema de envase y empaque habitual, causa no menor de automedicación.
5. Es necesaria una mayor vigilancia y consistencia en el cumplimiento de la ley por parte de las farmacias, respecto a su obligación de disponer siempre de genéricos bioequivalentes y no “sugerir” un “bioequivalente de marca”, que no aporta ventaja significativa alguna y aumenta el costo.
6. Es preocupante que la Comisión de Salud del Senado no haya seguido discutiendo -en el proyecto de Ley Fármacos II- la integración vertical entre farmacias y laboratorios, considerando que este punto sería de enorme importancia para reducir el costo de medicamentos.