Para algunos será más sencillo adaptarse a esta nueva modalidad, mientras que para otros se trata de un proceso complejo.
Retornar a la oficina después de un par de años trabajando remotamente, no es sencillo. Es probable que te estés incorporando a un nuevo empleo presencial o con formato híbrido, y hayas experimentado una serie de inconvenientes, como tener que adaptarte a nuevos horarios y tiempos de traslado o hasta tener que socializar tras tiempo trabajando en solitario. No es fácil acostumbrarse nuevamente a esta nueva rutina.
“Cuando vuelven al trabajo presencial en la oficina tendrán más distracciones al compartir y conversar con otras personas. En los primeros días en que las personas no se habían visto en mucho tiempo, habrá más conversación entre las personas y puede bajar la productividad respecto al teletrabajo”, señala Lissette Domínguez, directora de Atracción de Talentos de la empresa de RR.HH. SOS Group.
Para algunos será más sencillo adaptarse a esta nueva modalidad, mientras que para otros se trata de un proceso complejo. Es más, para varios está claro no querer volver a una rutina de trabajo que implique asistir presencialmente a la oficina, por lo que deciden renunciar. Especialmente para las nuevas generaciones, quienes esperan que las empresas se acomoden a ellos y no al revés.
Muestra de esto es que en el estudio “The Born Digital Effect”, de Citrix Systems, se revela que el 90% de los empleados que son nativos digitales no quiere volver a la oficina a tiempo completo. El 29% de ellos quiere trabajar completamente online; el 22% prefiere un modelo híbrido con mayor tiempo en casa; el 21% espera un trabajo híbrido con división uniforme; el 18% también se inclina por el formato mixto, pero con más tiempo en oficina; y sólo el 10% se inclina por trabajar tiempo completo en dependencias de la empresa.
Para quienes sí están dispuestos a integrarse nuevamente, es clave que en sus organizaciones este paso sea gradual, ya que les permitirá adaptarse. En general, se sugiere que el trabajador comience a ir algunos días de la semana a la oficina, en un formato híbrido, para luego retornar completamente si es que así fuera.
Además, se espera que el área de Recursos Humanos o las jefaturas estén atentos a las emociones y escuchen para que el trabajador pueda expresarse en su vuelta a la presencialidad. En este aspecto, “también es importante que las jefaturas respeten la autonomía y capacidad de autogestión que ganaron las personas en teletrabajo. El empleador debe tener mayor flexibilidad y entender que en teletrabajo la persona encontró su sistema para realizar las tareas diarias. En la vuelta a la presencialidad, el jefe debe enfocarse más en el resultado del trabajo en lugar de controlar cada paso o actividad del trabajador”, comenta Domínguez.
En estos casos, Gastón Molina, psicólogo de Psyalive, portal de apoyo para psicólogos de todo el mundo, propone que se fije un día a la semana para realizar reuniones presenciales y un día más de tareas de asignación de trabajo y presentación de resultados a los líderes.
“Al volver a la presencialidad el trabajador deberá reajustar sus hábitos y rutinas, que eran distintas con teletrabajo. Por ejemplo, tal vez en teletrabajo se quedaba despierto hasta más tarde, y en la presencialidad deberá volver a dormir más temprano, pues al día siguiente deberá hacer un trayecto al trabajo. Por eso, el ajuste gradual es una buena práctica para que la presencialidad no genere mayor estrés laboral”, indica Domínguez.
¿Cómo adaptarse al nuevo horario y equipo?
No es fácil integrarse a un nuevo empleo. Es un lugar diferente, con un nuevo equipo y dinámicas diferentes. Al comienzo puede ser algo complejo, pero con el tiempo el colaborador irá dominando sus funciones y sintiéndose como en casa.
En estos casos, la socialización es clave. Para Molina, en esta nueva experiencia “son fundamentales las habilidades sociales, las que también son claves en otro ámbito de intercambio y socialización. Por ende, hay que prestar atención a los modos, las formas, preguntar y, sobre todo, tener en cuenta que las culturas organizacionales varían mucho de una empresa a otra”.
La primera impresión también es importante, siendo amable, estando atento a capacitaciones e inducciones y a relacionarse con compañeros de labores desde el primer día.
Domínguez aconseja “pedir retroalimentación, consejos y resolver dudas con honestidad. Debe saber escuchar, dejar que otros le expliquen el sistema de trabajo en el nuevo empleo y estar abierto al cambio”.
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