Esta bebida alcohólica, destilada a partir del puré de grano fermentado y que se conservan en barriles de madera, tiene diversas variedades, cada una con diferentes aromas, gustos y carácter, lo que se debe tener en cuenta al elegirlo, beberlo y madirarlo.
En muchas casas está la botella especial, esperando su momento. Hay diferentes tipos de whisky, cada uno con un sabor único y que pueden estar presentes en diferentes ocasiones.
Esta bebida alcohólica, destilada a partir del puré de grano fermentado y que se conservan en barriles de madera, tiene diversas variedades, cada una con diferentes aromas, gustos y carácter, lo que se debe tener en cuenta al elegirlo, beberlo y madirarlo.
Al momento de beberlo, puede ser solo, con hielo, con agua o en un coctel, siendo esta última forma la más idónea para los que están comenzando y son más reacios a su potente sabor.
Para catar un whisky se debe empezar por observar su color, dependiendo del brebaje que elegido se verán colores pálidos, amarillentos, rojizos y un sinfín de matices.
El whisky es una de las bebidas más complejas aromáticamente, por esto, para poder apreciar los variados olores se suele recomendar rebajarlos un poco con agua para despertar esos sabores y liberar todos sus matices.
El aroma y el sabor están relacionados y mediante el olfato se está preparando las papilas gustativas y la boca para cuando se tome.
Luego se debe saborearlo mediante pequeños sorbos. Se debe pasar por toda la boca antes de tragarlo para así percibir diversos sabores sabores, como vainilla, caramelo y elementos ahumados y picantes.
Como esta bebida tiene alto contenido alcohólico, es preciso disfrútala lentamente.
Al momento de pensar en el maridaje, es bueno tener en cuenta que el whisky dulce y ligero va muy bien con sushi, salmón, queso de cabra y el queso crema. El whisky de medio cuerpo combina bien con el pescado ahumado, el pato y el venado, mientras que el whisky de cuerpo completo es bueno para acompañar un bistec o puerco asado y postres de chocolate o jengibre.
A continuación, algunos consejos para los distintos momentos para disfrutar la línea Reserve de Johnnie Walker.
Johnnie Walker Gold Label Reserve
JWGLR posee unos leves toques ahumados característicos de la casa Walker, juntándose con notas a frutos secos como las almendras y notas dulces aportadas por la madera como caramelo y vainilla. De un final largo y elegante que perdura en cada sorbo de ligero final cremoso.
Es un whisky de celebración, para brindis, por lo que se recomienda consumir sólo con un hielo grande, o en coctelería con jugos cítricos. También, para compartir una buena conversación entre amigos en casa sobre hielo picado con pieles de naranja.
Es perfecto tanto para conocedores como alguien que desee iniciarse en el whisky de lujo.
Johnnie Walker Platinum
JWP es el más ligero y fresco de la familia Walker. Es un whisky de notas florales de gran frescor y complejidad dada por sus 18 años de añejamiento mínimo.
Platinum es un whisky para ocasiones especiales románticas, pero también puede ser disfrutado cuando el día fue arduo y uno merece tratarse con algo especial.
Por su ligereza y perfil floral, aromático, frutoso y fresco es de los favoritos entre las mujeres bebedoras de whisky. Se debe tomar preferentemente solo con una esfera de hielo en un vaso rocks, pero también puede beberse en coctelería clásica.
Johnnie Walker Blue Label
De personalidad única, solo 1 de cada 10.000 barriles es adecuado para entrar en este blend.
Aromas a frutos secos como almendras e higos secos, intensas notas de chocolate amargo y especias como la vainilla y la nuez moscada, de un ataque prominente pero amable con un desarrollo floral y un final ahumado que perdura en boca.
Es un whisky especial que solo pocos pueden beber, son pocas las ocasiones en las cuales bebemos de este elixir.
Se recomienda beber solo, con un vaso de agua mineral sin gas, con mucho hielo al lado e ir alternando sorbos de whisky con el agua.