Las estadísticas, estables a lo largo del tiempo, afirman que la mayor causa de rotación de los mejores empleados es que quieren librarse de lo que consideran un mal jefe.
A menudo discuto con mis alumnos cuál es la función real de un manager. Un jefe, por definición, es aquel que gestiona personas, un experto en su negocio que es capaz de influir en un equipo para ilusionarle con un trabajo que, en último extremo, capitalice su valor como profesionales para su organización. ¿Por qué en un MBA se consideran entonces tan poco importantes las asignaturas relacionadas con la gestión de personas?
La respuesta, aunque se explicita poco, está clara. En general, todos consideramos que esto de tratar con las personas es, más allá de sencillo, obvio. ¿No es lo que hacemos desde pequeños? Tratar con otros, relacionarnos. No hay que aprender nada nuevo. Somos seres sociales, es lo normal.
Hasta aquí de acuerdo. Pero el mundo de las organizaciones juega otras reglas. Cada persona, cada empleado, juega un rol. Y esos roles, a diferencia de los que hemos vivido en la familia, en nuestros círculos de amigos, en nuestras comunidades, son artificiales.
Cuando elegimos amigos, pareja, universidad… lo hacemos voluntariamente, de manera natural. Pero las relaciones de trabajo están basadas en un intercambio, esfuerzo y capacidad a cambio de prestaciones económicas y sociales. Y un jefe es una relación basada en este contexto. Muchos managers se quejan de que se consideran amigos de sus equipos y éstos les traicionan. Y es que un manager no es un amigo, ni un compañero. Es exactamente eso, una persona superior en jerarquía que tiene la capacidad de promocionar, subir el salario o despedir. Muy distinto a un amigo.
¿Quieres aprender a ser mejor manager? En primer lugar, reconoce que tu campo de especialidad es el negocio y no las personas, y que tienes mucho que aprender al respecto. Después, mira a tu equipo con humildad y una perspectiva nueva, la que tienen ellos de tí y no al revés. Practiqua, anota lo que observas y aprende, consulta… y quizá lo consigas. Porque es mucho más difícil de lo que parece.
*Cristina Simón es consultora en liderazgo y cultura organizacional y profesora en la escuela española de negocios IE.
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