El aumento del número de pasajeros llegará a 7,3 mil millones en 2034, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Es 2050. Estás volando a Dubai desde Pekín. En el momento en que entras por las puertas del aeropuerto, se ha transmitido tu tarjeta de embarque. No hay necesidad de visitar un mostrador. Y no hay necesidad de que te escaneen, pues las cámaras de seguridad láser ya han realizado al instante el reconocimiento de tu rostro. Escáneres moleculares ya han revisado tus pertenencias para asegurarse que no llevas materiales peligrosos. Unas horas más tarde, el vuelo supersónico llega a tiempo, gracias a los sistemas de navegación inteligentes habilitados por Internet Industrial. Antes de siquiera desembarcar, tus maletas son llevadas por un robot a un taxi sin conductor que ya ha recibido tu itinerario y está esperando para llevarte a tu hotel.
Este no es un escenario de fantasía, dice Matthys Serfontein, vicepresidente de aeropuertos de SITA, líder innovador de la industria.
“El pasajero moderno quiere pasar el menor tiempo [en tránsito] desde la acera hasta la puerta de embarque, [renuncia] al estrés de hacer el check-in, la inmigración y el control de seguridad”, dice Serfontein. Y la tecnología, añade, es clave para pasar rápidamente través de estas cosas.
Los sistemas de reconocimiento facial (FRS) son parte de estas tecnologías facilitadoras. Ya están en uso en el Heathrow, de Londres, y en el Schiphol, de Amsterdam. Y, desde octubre, los quiscos de control automatizado de pasaportes (APC) serán usados por los pasajeros que lleguen al Aeropuerto Internacional de Orlando, cerca de Disney World. La tecnología funciona con chips incorporados al pasaporte y compara la cara del pasajero con su foto. SITA “ha instalado más de 300 [quioscos APC]… para reducir las colas hasta en un 40%”, dice Serfontein.
Otras tecnologías de detección en desarrollo incluyen escáneres de láser molecular tales como los desarrollados por Genia Fotónica, que detectan rastros de explosivos o drogas a través de la ropa o materiales orgánicos y pueden detectar varias personas a la vez desde distancias de hasta 50 metros.
Los operadores de aeropuertos invirtieron casi US$7 mil millones el año pasado en los servicios de tecnología inteligente que van desde check-in automatizado hasta aplicaciones de navegación para la promoción comercial. En Shanghai, Miami y Copenhague, hay transmisores que envían ofertas especiales a través de bluetooth a los teléfonos inteligentes de los pasajeros. Paredes de compras virtuales están en uso en Nueva Delhi y Frankfurt.
Esto puede ayudar a enfrentar el aumento del número de pasajeros que llegará a 7,3 mil millones en 2034, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
Plunkett también ve el Internet Industrial como una forma de crear “los avances en el control del tráfico aéreo, lo que permitirá que un número cada vez mayor de vuelos despeguen y aterricen de manera más eficiente. Esta es la única manera de manejar altos niveles de tráfico en el futuro”.
Y podría ahorrar dinero también. GE, que firmó recientemente un acuerdo con Southwest Airlines para optimizar su flota de aviones Boeing 737, estima que unos US$22 mil millones de ahorro podrían lograrse cada año: 8 mil millones provendrían de menos retrasos y 4 mil millones de evitar el tiempo de inactividad no planificado, mientras que el resto provendría de ahorros operativos, en particular el ahorro de combustible y el mantenimiento predictivo.
Tal vez, más opciones de consumo en el aeropuerto, opciones holográficas de entretenimiento y el aumento de la eficiencia serán la mejor manera de mejorar la experiencia de los pasajeros. Después de todo, la mejor parte del viaje siempre será el destino, no el viaje.