Por Miguel Alfonso Terlizzi, director general de HuCap y autor del libro El Método RESE – Resultados Extraordinarios, Sustentables y Equilibrados.
A la hora de pensar cómo será el trabajo en los próximos años, podemos encontrar una posible respuesta en una conocida ley los dilemas aparentes: el gris puede ser tan blanco o tan negro tanto como se quiera ver. De algo estamos seguros y sabemos: el cambio se acelera, no se puede evitar. El dilema surge cuando tratamos de pensar cómo será el trabajo en el futuro, por ejemplo en el 2020.
Por cierto, habrá cambios, pero no todos los puestos de trabajo cambiarán con la misma velocidad en la cual observamos que la curva del progreso lo hace de manera geométrica.
Aclarado que muchos puestos tenderán a mantener su forma tradicional en un ciclo de tiempo cuyo abanico abarca el 2020, surgirán cambios que se pueden predecir con bastante seguridad que serán en los casos afectados en tres aspectos fundamentales:
La forma de trabajar:
Personas teletrabajando parcial y en casos específicos de manera full time. Prácticas que favorecerán cada vez más el work life balance y estructuras de trabajo más flexibles en cuanto a su conformación y participación, a través de proyectos o programas.
El trabajo en sí mismo:
Puestos nuevos que las empresas requieren para dar respuestas a sus necesidades, impulsadas fundamentalmente como resultado de los avances del proceso tecnológico, tal así como surgieron posiciones relativamente nuevas como ser las relacionadas a través de internet con los canales virtuales, redes sociales, gamifications, etc.
Adaptaciones:
Las cuales tanto las personas como las empresas en sí, en el marco de la oferta y demanda del mercado laboral, deberán abordar desde sus propios intereses y necesidades.
Se acabó la idea de pretender o esperar que los postulantes y el mercado laboral se adapten a las necesidades de las empresas. Esto no existe como tal, es un aspiracional donde intervienen factores socio-políticos, demográficos y culturales donde las empresas saben que deben ser ellas, como parte de un sistema abierto y adaptativo, las que tendrán que entender que el mercado laboral es el resultado de lo que las sociedades generan y las empresas pocas veces resuelven por sí mismas y esperan que un proceso de selección les aporte a los trabajadores ideales que definen a través de sus perfiles.
Respecto a este último punto, creemos que es donde más se va a notar un cambio en la forma de trabajar, producto de que las empresas deberán profundizar adaptaciones internas y culturales que en pos de atraer, retener y motivar al talento humano que necesita el mercado laboral conforme a cómo se proyecta, sumando activamente a la nueva generación Z y a la ya presente de los Millennials, los cuales harán que muchos cambios se aceleren. Muchas personas de la generación X serán los jefes de las restantes generaciones.
Otro tema que se observará con rasgos más marcados, es todo lo relacionado con los aspectos de inclusión social, cambiando de esta manera el conocido sociograma de una empresa, que producto de culturas más tradicionales y con fuerte sesgos discriminatorios, nos encontrábamos con colaboradores discriminados por cuestiones de género, edad, religión que no tenían mucha oportunidades en las organizaciones, mucho menos voz y voto y no aplicaban a una determinada demanda.
Hacia el 2020 veremos profundizarse el cambio que impactará, como bien decíamos, en la forma de trabajar impulsada por las propios trabajadores. No nos referimos solo a si se deja de usar la corbata o se arremangan las camisas y se pueden observar tatuajes o vestimenta no convencional en los lugares de trabajo, sino que la prevención de accidentes, el cuidado por el medio ambiente, la responsabilidad social empresaria, la domótica y automatización seguirán marcando, controlando y determinando muchos aspectos de la rutina y privacidad y no sólo en el trabajo. Estos serán factores que determinarán y orientarán la elección de muchas personas sobre dónde querrán trabajar.
El dilema aparente al que hacíamos referencia, se centra en si serán las empresas las impulsoras de estos cambios o serán los trabajadores los que impondrán con sus aptitudes, actitudes y características la oferta laboral. Es acá donde el gris será tan blanco o tan negro como se quiera ver, tanto del lado de la demanda como de la oferta laboral: empresas adaptándose para que el trabajador del 2020 le permita cumplir sus objetivos organizacionales y trabajadores adaptándose a las nuevas demandas.
Estos procesos adaptativos no son globales ni mucho menos perfectos, sí perfectibles y eso dependerá no sólo de las empresas y los trabajadores, sino de todo el sistema del cual forman parte y en esto hacemos referencia a la familia, el estado, los sindicatos, las escuelas, universidades, las cuales ayudarán a moldear con sus acciones e inacciones, aciertos y desaciertos el trabajo tal como hoy podemos describir.