Científicos alemanes advierten que se debe tomar ahora la decisión de qué tipo de urbe se quiere.
En alrededor de 30 años, tres de cada cuatro personas en el mundo vivirán en ciudades. Científicos alemanes del Consejo Asesor Científico sobre Cambio Climático (WGBU, por sus siglas en alemán) advierten que debemos repensar nuestro enfoque si queremos que a mediados de siglo las ciudades sigan siendo un lugar donde se pueda vivir dignamente.
“Debemos construir las ciudades de una forma completamente diferente a la que conocemos hoy”, opina Dirk Messner, del Instituto Alemán para Política de Desarrollo (DIE) con sede en Bonn. “Si no intentamos dar forma a este proceso por medio de estrategias de urbanización inteligentes, entonces probablemente mil millones de personas adicionales vivirán en mega metrópolis que se construirán en una o dos décadas”, agrega este coautor de un informe encargado por el gobierno alemán con miras a la conferencia de la ONU sobre hábitat que se celebrará en octubre próximo en Ecuador.
Ciudades sostenibles
De acuerdo con las nuevas metas de desarrollo de las Naciones Unidas, “las ciudades y las poblaciones deben ser inclusivas, seguras, resistentes y sostenibles”. Esto supone un reto, puesto que sobre todo en los países en desarrollo las grandes ciudades se enfrentan a una infraestructura deficiente, a la expansión de los barrios pobres, la criminalidad y la violencia.
“Debemos controlar la presión de la urbanización”, subraya el secretario general del programa de vivienda y población de la ONU, Joan Clos, dado que “la urbanización avanza a pasos agigantados; en muchos países en forma de barrios miseria”.
Casi mil millones de personas habitan hoy en barrios miseria, las llamadas “poblaciones informales”. Y cada día, más y más personas arriban a las ciudades en busca de trabajo, educación y nuevas oportunidades.
Expertos internacionales aseguran que no será posible detener el avance de la población. Como consecuencia, es esencialmente importante diseñar ciudades que produzcan el menor daño climático y ecológico posible. Expertos alemanes advierten, por ejemplo, del uso de materiales de construcción como el concreto, el acero y el aluminio, puesto que contribuyen mucho al cambio climático.
“Las ciudades producen el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Si empezamos a construir ahora ciudades ecológicas, podemos contribuir considerablemente a la mitigación del cambio climático”, dice el director del DIE, Dirk Messner.
Inversiones públicas
No obstante, la sustentabilidad no solo incluye aspectos ecológicos y climáticos, sino también la calidad de vida en las ciudades. Viviendas pagables, asistencia médica, educación y empleo son igual de importantes que una buena calidad del aire, así como el acceso a alimentos sanos y agua potable. Esto solo se logrará con inversiones públicas, algo que en muchos países en desarrollo fracasa debido a una administración incompetente y corrupta.
“En los países del norte de Europa las ciudades realizan aproximadamente un 30 a 40% de los gastos públicos. En la mayoría de los países en desarrollo muchas veces se trata de menos de un cinco por ciento”, subraya Messner. De ahí que el Consejo Asesor Científico sobre Cambio Climático proponga que los bancos de desarrollo internacionales y los países donantes inviertan sobre todo en el desarrollo de los barrios pobres.
El estudio de Mercer comparó la calidad de vida en 230 grandes ciudades del mundo. Se las evaluó de acuerdo a 39 criterios, entre los cuales figuran la cobertura sanitaria, la oferta de transporte público, el cuidado al medioambiente, la seguridad y la estabilidad política.
La vencedora del estudio sobre la calidad de vida en las grandes ciudades es Viena, la capital de Austria, que dejó atrás a Zúrich (Suiza) y a Auckland (Nueva Zelanda).
La alegría de vivir es una de las características de Múnich, además de sus paisajes espectaculares y el Oktoberfest. La consultora la colocó en el cuarto puesto de la clasificación de ciudades con mayor calidad de vida.
En cambio, la ciudad de Bagdad, cercada por la guerra, ocupó el último lugar en el estudio de la consultora Mercer, diez puestos detrás de Damasco. Kiev, la capital de Ucrania, cayó al puesto 176 de la clasificación.
Dentro de América Latina, el estudio con versión 2015 consagra a Montevideo (Uruguay, 78) como la mejor en la región. Le siguen Buenos Aires (Argentina, 91) y Santiago (Chile, 93).
En tanto, La Paz (Bolivia) y Caracas (Venezuela) ocupan puestos más bajos, 156° y 179° respectivamente, sumadas a otras como La Habana (193) y Port-au-Prince (228).