El aparato utiliza un hidrogel con células del propio paciente que la impresora coloca capa tras capa.
La medicina siempre ha necesitado de avances técnicos. Cuanto más se desarrollan los procesos y los aparatos al servicio de la investigación, mayor es el conocimiento médico y la precisión para tratar patologías. Gracias a todo esto, hoy podemos prevenir, diagnosticar y curar enfermedades que en otro tiempo serían mortales.
En los últimos años, la tecnología ha ayudado a la ciencia a alcanzar logros que parecen más una película de ciencia ficción que la realidad en la que vivimos: cirugía robótica, terapias genéticas, uso de microchips en ensayos clínicos, e incluso ropa inteligente que permite monitorizar la salud de pacientes en riesgo.
Se imprime con un hidrogel mezclado con células
Este es el caso de esta impresora biológica, capaz de imprimir piel humana directamente sobre una herida. Tal y como recoge la web infosalus.com, ha sido creada por un grupo de científicos de EE.UU pertenecientes al Instituto Wake Forest para medicina regenerativa, y cuenta con una tecnología de imágenes integrada que escanea la herida y transmite los datos a un software para indicar a las cabeceras de impresión qué cantidad de material debe imprimir en cada capa.
La “tinta biológica” utilizada es un hidrogel mezclado con células del propio paciente que la impresora coloca capa tras capa.
Aún estamos lejos de imprimir órganos vitales sintéticos, aunque los científicos no tienen dudas de que se harán en el futuro. Lo que está claro es que esta capacidad de impresión de tejidos nos aproxima vertiginosamente a nuevos avances en bioimpresión 3D.
Las heridas por quemadura son más frecuentes de lo que se piensa y se producen, tanto en el ámbito laboral como en el doméstico, por accidentes que tienen que ver con descuidos: la explosión de una caldera, el chispazo de un interruptor, las consecuencias de un arreglo casero, o la manipulación de sustancias químicas como productos de limpieza industriales sin la debida prudencia.
Aunque aún no se ha probado en humanos, se piensa que esta nueva técnica puede mejorar de forma notable la recuperación de los pacientes quemados, ya sea por quemadura térmica, eléctrica o química. Es una muy buena noticia, teniendo en cuenta que -aunque ha mejorado la supervivencia con el paso de los años y hoy sobreviven pacientes con quemaduras de hasta un 80%- las secuelas siguen existiendo: cicatrices, desfiguración y marcas. Los injertos con piel donada siguen siendo el tratamiento habitual, pero presentan el riesgo del rechazo inmune.
Esta tecnología bioprinter WFIRM parece una buena apuesta en este sentido, porque las células reinjertadas son del propio paciente y, por tanto, aceptadas; y porque la formación de piel sobre las heridas extensas, en comparación con el injerto, favorece una curación con menos secuelas.