Especialistas subrayan que los rayos ultravioleta potencian la acción preventiva de importantes compuestos en el organismo. Eso sí: hay que hacerlo cuidadosamente.
La vitamina D es fundamental para el organismo humano, ya que potencia la abosorción de un componente básico en la formación y mantenimiento de los huesos y dientes, como es el calcio.
Y para que toda esa dinámica se haga de manera natural y eficiente, es básico que las personas tomen sol -al menos- unos quince minutos diarios. Es decir, la luz solar es un contexto central para qeu la vitamiona D actúe correctamente.
Los especialistas recomiendan por eso tomar sol por lo menos tres veces a la semana. Además de ayudar al buen funcionamiento del calcio en los huesos, los rayos ultravioleta colaboran en el sostenimiento de los niveles apropiados de calcio y fósforo en la sangre, fundamentales para evitar la formación de la osteoporosis.
Incluso, algunas investigaciones recientes indican que podría ayudar a proteger al cuerpo contra la hipertensión, ciertos tipos de cáncer y a fortalecer el sistema inmunológico.
El tema es tomar la media justa de sol. Sólo se recomiendan unos minutos. Y si la expeiencia rrsdulta grata y se quiere extender un poco más la toma de soil, entonces los expertos subrayan la necesidaD DE usar bloqueador solar Y ASÍ evitar lesiones en la piel que, incluso, pueden causar cáncer.
Como dice una canción, "aunque no lo veamos el sol msiemrpe está", por lo que en un dṕia numnbklado la aciój de los rayos solares puedne ser igual de dañinos si nose tiene cuidado.
Se estima que las nubes sólo cubren la mitad de la energía de los rayos ultravioletas. El resto las atraviesa, aunque su eficiencia para la generación de vitamina D dependerá de diversos factores, como la latitud, la época del año y la contaminación ambiental, así como el color de la piel y la cantidad de piel que está expuesta.
Para obtener vitamina D, es importante complementar lo que produce el cuerpo de la exposición al sol con los alimentos. Se rcokienda para ello seguir una dieta variada y balanceada. Por ejemplo, es posible encontrar vitamina D en los lácteos, pescados (hígado de bacalao, salmón, atún, sardinas) y cereales fortificados, entre otros.
La cantidad de vitamina D que necesita cada persona depende de diferentes factores, como la edad y el género. Y si bien en cantidades apropiadas ayuda a mantener una buena salud, la deficiencia puede causar debilidad y dolores musculares y en los huesos.
Mientras que en los niños puede causar raquitismo, en los adultos el riesgo es que generen osteoporosis y fracturas de los huesos. El exceso, en tanto, implica el riesgo de generar problemas por elevación del calcio que se deposita en diferentes partes del cuerpo como corazón, pulmones y riñones.
La única forma de saber cómo está el nivel de vitamina D en la sangre es midiéndolo. Por eso, lo ideal es un buen punto medio, un equilibrio justo para lo que cada uno necesita. En ese sentido, la recomendación principal es una visita a un/a especialista médico.