Aunque la enfermedad del guitarrista Malcolm Young y los problemas legales del baterista Phil Rudd parecían llevar al fin del grupo, el guitarrista Angus Young subraya que de cada problema "hemos salido más fortalecidos"
Con casi cuarenta años de trayectoria, AC/DC ha vivido de primera mano los cambios en la industria musical, sin embargo, se ha adaptado a ellos y ha sacado provecho de cada nueva ventaja que aparece en el horizonte.
Del vinil al caset, al disco compacto, las descargas digitales y al streaming, los australianos han seguido vigentes sin importar el formato en que se distribuya su música. Al final, como dice el líder Agnus Young, "siempre habrá quien quiera escucharlos y encontrará la forma".
Y es que el rock como motor de vida le ha funcionado a AC/DC para salir intacto de las pruebas que se le han presentado. Las más recientes parecían definitivas para acelerar el fin, sin embargo, Young subraya que de cada una "hemos salido más fortalecidos".
El veterano músico, icono del rock desde hace casi cuarenta años, asegura que la enfermedad de su hermano Malcolm -demencia, que lo obligó a dejar al grupo en abril de 2014- así como los recientes problemas del baterista Phil Rudd -acusado en Nueva Zelanda con cargos de amenaza de muerte y posesión de metanfetamina y cannabis- no han detenido el avance del grupo que recién estrenó "Rock or bust", su más reciente disco de estudio.
“Lo de Malcom fue un golpe duro pero supimos afrontarlo. Él siempre será parte de este grupo aunque ya no pueda girar con nosotros porque ayudó mucho a que la banda llegara al punto en el que estamos ahora. Lo de Phil fue un poco más complicado: desde antes, cuando estábamos grabando el disco, sentíamos que habíamos llegado a un punto en que ya no podíamos confiar en él. No sabíamos si se presentaría a las sesiones de grabación o con qué nueva locura nos podría sorprender y quizá hubo un punto en que estuvimos dudosos", señala en una entrevista.
El nuevo álbum, del que ya han promocionado los sencillos "Play ball" y "Rock or bust" -y que ya está en tiendas, físicas y digitales- pretende ser una continuación del éxito que lograron con "Black ice", disco que lanzaron en 2008. Para lograrlo, explica Young, dejaron que el rock los guiara "en la búsqueda de su sonido".
Se trata del décimo quinto trabajo en la carrera de la banda australiana, que se calcula ha vendido más de 200 millones de álbumes alrededor del mundo. Young dice que buscan afrontar el futuro con la certeza de que caminan con pasos firmes.
“Cuando decidimos que Stevie Young, mi sobrino, supliera a Malcolm apostábamos por alguien que conociera la parte más íntima de la banda y, al final, todos quedamos sorprendidos: aunque es imposible no extrañar a Malcolm, nos encontramos con un músico muy capaz, uno que puede aportar un nuevo estilo”, cuenta Young, quien confirma que con este nuevo álbum emprenderán una nueva gira mundial.
