En la Universidad de Uppsala, usando smartphones y piezas impresas en 3D, todos insumos baratos, actualizan microscopios en desuso o de bajo poder.
Pablo G. Bejerano, Think Big. El instrumental de un laboratorio es caro. Es uno de los motivos por los que la investigación necesita contar con solvencia económica. Y también es uno de los motivos por los que en lugares con menos recursos es difícil llevar a cabo ciertos trabajos de carácter científico. Una de las herramientas más comunes para investigar todo lo que tiene que ver con biología son los microscopios. Gran parte de su utilidad radica en poder observar la reacción de las células en tiempo real.
Sabiendo esto, un equipo de científicos de la Universidad de Uppsala, una ciudad al norte de Estocolmo, ha inventado una forma de transformar microscopios viejos en estaciones de observación avanzadas usando un smartphone. Así, uno de los objetos más cotidianos de la actualidad se puede convertir en una herramienta de investigación.
Evidentemente esto conlleva un enorme ahorro de costes, de forma que laboratorios, entidades académicas o centros médicos que antes no se podían permitir un microscopio avanzado ahora sí pueden usarlo. El invento de estos científicos permite observar las células en directo. Esto es importante porque así se ve cuál es la respuesta a ciertos tratamientos médicos.
Los científicos de la Universidad de Uppsala tomaron microscopios viejos de universidades y hospitales. Los complementaron con algunas piezas impresas en 3D y un smartphone. El resultado fue que estos viejos microscopios se convirtieron en estaciones de alta resolución para observar las células vivas.
El trabajo de estos investigadores es una esperanza para rebajar costes. Y rebajar costes significa expandir el acceso a la investigación. Todo esto gracias a los smartphones y a la impresión 3D.
Además, los microscopios se pueden modificar a placer y adaptar a las necesidades de cada investigación. Se trata de una fórmula low cost, pero con un futuro prometedor. Y es que tiene sentido que un investigador pueda llegar a modificar su propio equipo. Después todo él es quien mejor lo que necesita.
No es la primera vez que los smartphones entran en el terreno de los microscopios. Un proyecto de la Universidad de Houston logró convertir uno de estos terminales en un verdadero microscopio de campo a un coste irrisorio. No es de extrañar si pensamos en la lente que montan estos terminales. Algunos de ellos cuentan con una tecnología óptica de alta precisión.