Desde hace un tiempo, este hombre de 36 años enseña sobre el entrenamiento mental a través de su página web, www.michelgaymard.com, camino que emprendió dando charlas en cárceles de México.
Michel Gaymard es mexicano, actor y presentador de televisión. Sin embargo, a este currículum hay que agregarle su rol de conferencista.
Desde hace un tiempo, este hombre de 36 años enseña sobre el entrenamiento mental a través de su página web, www.michelgaymard.com, camino que emprendió dando charlas en cárceles de México.
Hace unos días, se presentó en el hotel Camino Real, en Bolivia, oportunidad en la que compartió sus lecciones.
- ¿Por qué en tus conferencias hablas sobre que todos queremos amor?
- Siempre queremos amor desde el miedo, la tristeza y la soledad, en lugar de simplemente darlo, porque uno es amor. Tenemos el concepto errado de que para poder dar amor antes tenemos que recibirlo, tener una razón o una justificación. La idea de esta conferencia es que tú te des cuenta de que todo el amor que le falta a tu vida es aquel que tú te lo negaste a ti mismo. Si partimos de allí, nos damos cuentas de que todo lo que le falta a tu vida es lo que te has negado. Si te falta perdón es porque no te has perdonado, si te falta paciencia o tolerancia es porque tú no te la das. La idea es que tengamos consciencia de lo que estamos negándonos.
- ¿Por qué tenemos sociedades con crisis en el amor?
- Tenemos sociedades con crisis del amor porque nos negamos a nosotros mismos el amor. Cometemos un error y ¿qué hacemos? nos castigamos, en lugar de decirnos: “me equivoqué, me amo y me apoyo”. Hay que estar con un estandarte de amor y aprobación. Lo que hemos aprendido de pequeños es que cometemos un error y nos castigamos.
- ¿Cómo se puede cambiar esta forma de pensar para hallar amor?
- A lo que yo invito es a que pongan en duda aquello que quieren ser, lo que se aprende a ser. Tengo diez años en esto, toda la información que empleo está basada en el Curso de Milagros que estudié, este libro es un best seller con 365 lecciones, 31 capítulos y un manual para el maestro. Lo que hice fue dictar conferencias, talleres y seminarios de este libro en cárceles y hospitales. Viajé a Uruguay, España, Venezuela, Colombia, Argentina y ahora vine a Bolivia.
- ¿Qué tenemos que cambiar en nuestra manera de pensar?
- La idea que tenemos de nosotros mismos. Un curso es un camino y milagros es una nueva percepción. Cuando te permites tener un milagro en tu vida quiere decir que te estás permitiendo verte de otra manera. Desde pequeños aprendemos que somos esto, aquello y lo otro. Que servimos o no servimos, entonces hacemos un concepto de nosotros no amoroso y ese concepto es el que nos lleva a negarnos el amor, a vernos en crisis, a creer que no estamos bien, que somos insuficientes y necesitamos a alguien que venga a cubrir nuestras necesidades. Todo eso nos lleva a negarnos el amor. Esto se cambia dándonos cuenta de que ese concepto no amoroso es aprendido y no es lo que somos. Si aprendes cosas no amorosas de ti, dices: no me apruebo y no me amo
- ¿Cómo le sirve este curso a la gente con la que tienes talleres?
- Me di cuenta que en la prisión estas charlas los llevaron a cambiar, les sirvió. La gente me comentaba que les estaba funcionando. Un día uno de ellos me dijo: “ya me di cuenta de que la cárcel no es ésta en la que estoy encerrado, sino mi cabeza”. Otro muchacho que lloraba mucho por su estado sostuvo: “qué bien que estoy aquí, sino nunca hubiera llegado a entender las cosas”. Lo importante es cambiar la culpabilidad. Aprendemos a culparnos, pero la culpa no nos ayuda, no nos deja ser felices. Lo que busco es que vigiles tu mente y cambies todos los conceptos no amorosos que existen dentro.
- ¿Cómo te fue en la charla que diste en la Paz?
- La charla en La Paz ha sido bella, a pesar de los mareos por la altura. Compartí con la gente y ha sido un privilegio para mí.