El índice preliminar de la confianza del consumidor en Estados Unidos de la Universidad de Michigan bajó en enero a 90,7 desde la lectura final de diciembre de 98,3. Fue la cifra más baja desde octubre de 2016 y el mayor declive desde septiembre de 2015.
Washington.- La confianza del consumidor en Estados Unidos cayó con fuerza a comienzos de enero a su nivel más bajo desde que el presidente Donald Trump fue elegido hace más de dos años, en medio de temores de que el actual cierre parcial del gobierno federal y la volatilidad del mercado financiero frenen la economía.
El índice preliminar de la confianza del consumidor en Estados Unidos de la Universidad de Michigan bajó en enero a 90,7 desde la lectura final de diciembre de 98,3. Fue la cifra más baja desde octubre de 2016 y el mayor declive desde septiembre de 2015.
Analistas consultados por Reuters esperaban que el índice marcara 97,0. El gasto del consumidor representa más de dos tercios de la economía estadounidense.
La caída en el indicador, reportada el viernes, es la señal más clara a la fecha de que la disputa en Washington por las demandas de Trump de 5.700 millones de dólares para la construcción de un muro en la frontera con México están impactando negativamente a la economía del país.
"Este reporte (...) es la primera prueba concreta de que la economía va a caer y caer con fuerza si Washington no pone fin al cierre", afirmó Chris Rupkey, economista de MUFG. "Va a ser difícil que el PIB real crezca más de un 1 a un 1,5 por ciento en el primer trimestre si el consumidor deja de comprar", agregó.
La Universidad de Michigan atribuyó el declive en la confianza a "un conjunto de asuntos, incluyendo el cierre parcial del gobierno, el impacto de los aranceles, las inestabilidades en los mercados financieros, la desaceleración global y la falta de claridad sobre las políticas monetarias".
Se acelera actividad fabril. El salto de la producción manufacturera de diciembre, informado por la Reserva Federal, podría aliviar el temor a una desaceleración brusca en la actividad fabril.
La actividad manufacturera, que representa un 12% de la economía, se está frenando en la medida que se desvanece el impulso del paquete de recortes tributarios del año pasado. Además, un dólar alto y un enfriamiento del crecimiento en Europa y China está afectando las exportaciones.
Precios más bajos del crudo, además, están frenando las compras de equipamiento para la perforación petrolera y gasífera.
La producción en fábricas creció a una tasa anualizada de 2,3% en el cuarto trimestre tras el 3,7% registrado entre julio y septiembre. En 2018 se expandió un 2,4%, la mayor subida desde 2012, tras avanzar un 1,2% en 2017.
El incremento en la producción manufacturera de diciembre, junto con un alza en la producción mineral, compensó una caída vinculada al clima en servicios públicos, lo que llevó a un aumento de 0,3% en la producción industrial.
La producción industrial aumentó un 0,4% en noviembre. Creció a una tasa de 3,8% en el cuarto trimestre tras la subida de 4,7% del tercer trimestre.