Contaminantes producen un aumento del tono vascular pulmonar, lo que hace más difícil que la sangre fluya a los pulmones. La exposición prolongada perjudica la función sistólica ventricular derecha.
Sociedad Europea de Cardiología. La contaminación del aire afecta la función de los vasos sanguíneos en los pulmones, según un estudio realizado en más de 16.000 pacientes presentados, hoy viernes, en EuroEcho-Imaging 2016.
“Este es el primer estudio en humanos para informar sobre la influencia de la contaminación del aire en la función vascular pulmonar”, dijo el autor principal, el Dr. Jean-Francois Argacha, cardiólogo del Hospital Universitario (UZ) de Bruselas, Bélgica. "Se trata de un importante problema de salud pública para las personas que viven en zonas urbanas contaminadas donde hacer ejercicio podría dañar los pulmones y potencialmente conducir a la insuficiencia cardíaca descompensada”.
Promover un medioambiente más seguro parece ser tan importante como controlar los factores de riesgo convencionales, como el colesterol alto, en la reducción de las enfermedades cardiovasculares. La contaminación atmosférica se compone de partículas (partículas o material particulado fino, MP, de diferentes tamaños) y gases (dióxido de nitrógeno, ozono, etc.). El primer punto vascular en contacto con los contaminantes del aire es la circulación pulmonar, pero pocos estudios habían investigado el impacto.
“Esos estudios son importantes porque si la contaminación del aire provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos en los pulmones (vasoconstricción), esto -combinado con los efectos sistémicos de la contaminación- podría causar insuficiencia cardíaca descompensada”, dijo el Dr. Argacha.
El presente estudio examinó el efecto de la contaminación del aire sobre la hemodinámica pulmonar en una población y en individuos particulares. El estudio de población evaluó si los niveles comunes de contaminación del aire exterior influyen en los parámetros ecocardiográficos convencionalmente utilizados para evaluar la circulación pulmonar y la función ventricular derecha. Entre 2009 y 2013, se le realizaron a 16.295 individuos ecocardiografías transtorácicas, lo que incluyó una evaluación de la presión pulmonar, y se correlacionó con la contaminación atmosférica promedio en Bruselas el mismo día, y en los últimos cinco y diez días. Los autores examinaron si cualquier subgrupo de pacientes era más susceptible a los efectos de la contaminación del aire.
El estudio individual examinó el efecto de la contaminación del aire en la circulación pulmonar en diez voluntarios masculinos sanos, expuestos a contaminantes en una cámara con condiciones estandarizadas. Los voluntarios fueron expuestos al aire ambiente o al gas de escape diésel diluido con una concentración de MP2,5 de 300 μg / m3 durante dos horas en un diseño de estudio aleatorio y cruzado. Los efectos sobre la resistencia vascular pulmonar se evaluaron con ecocardiografía en reposo y durante una prueba de esfuerzo cardíaco en la que el fármaco dobutamina se administra para simular la función cardíaca durante el ejercicio.
El estudio de población mostró un efecto negativo de MP10, MP2,5 y ozono en la circulación pulmonar en el mismo día y también en más de cinco y diez días. Específicamente, los incrementos en estos contaminantes se asociaron con una reducción del tiempo de aceleración pulmonar y un aumento de la pendiente de aceleración pulmonar. Los aumentos en MP10 y MP2,5 durante diez días se asociaron con una peor función ventricular derecha. El impacto negativo de las MP10 sobre la circulación pulmonar fue más pronunciado en los pacientes con apnea obstructiva del sueño.
Con apnea del sueño, peor
El Dr. Argacha dijo sobre estos descubrimientos: “La contaminación del aire se asoció con el aumento del tono vascular pulmonar, lo que hace más difícil que la sangre fluya a los pulmones. La exposición prolongada a la contaminación atmosférica parece necesaria para perjudicar la función sistólica ventricular derecha. Los pacientes con apnea obstructiva del sueño fueron lo que estaban con mayor riesgo."
El estudio individual mostró que la exposición al gasóleo diésel no modificó la circulación pulmonar en comparación con el aire ambiente cuando los voluntarios estaban en reposo, pero sí cuando se administró dobutamina. “Esto sugiere que la contaminación es más perjudicial para la circulación pulmonar durante el ejercicio”, dijo el Dr. Argacha.
"Nuestro enfoque dual proporciona datos originales sobre el impacto de la contaminación del aire sobre la circulación pulmonar, y el estudio individual refuerza el vínculo plausible que surge de la investigación epidemiológica".
En cuanto a la manera de minimizar los riesgos para la salud, el Dr. Argacha dijo: “Nuestro principal consejo es limitar las actividades físicas durante la contaminación atmosférica pesada. Se necesitan más estudios antes de que se puedan dar recomendaciones específicas sobre la intensidad y la duración del ejercicio. Reducción de las emisiones del tubo de escape, pero también de otras fuentes, como las provenientes de los cárteres de los motores, los neumáticos y el desgaste de los frenos, que son cada vez más importantes”. Además, indicó que no hay pruebas sólidas sobre la eficacia de las mascarillas para eliminar o reducir la exposición a las partículas.
Agregó que la legislación que protege a la población de la contaminación del aire es débil. “El control de las emisiones de diésel se ha asociado con los resultados sanitarios, pero lamentablemente las normas definidas por la Unión Europea difieren de las de la Organización Mundial de la Salud”, ya que son más laxas.