La enfermedad, transmitida por un ácaro, y que mata a 140.000 personas al año en el mundo, presentó tres casos en la isla de Chiloé, entre 2006 y enero de este año.
Universidad de Oxford / Cluster Salud. En lo que constituye un verdadero caso para un detective de pandemias y enfermedades, el “tifus de los matorrales”, una enfermedad transmitida a través de ácaros que mata al menos a 140.000 personas al año en la región de Asia y el Pacífico, ahora puede haber llegado a ser endémica en una parte del sur de Chile, Sudamérica. Así lo afirma un estudio recién publicado en el New England Journal of Medicine.
En éste, investigadores de la Universidad de Oxford, la Universidad Católica de Chile y la Universidad del Desarrollo, también de Chile, confirmaron un grupo de casos de la grave enfermedad tropical en Chiloé, a más de 12.000 kilómetros de su ámbito habitual de ocurrencia al otro lado del Océano Pacífico.
El tifus de los matorrales es causado por la bacteria Orientia tsutsugamushi y se transmite por la picadura de un ácaro. Dentro del cuerpo se propaga a través del fluido linfático y sanguíneo, causando fiebre, erupción cutánea, y anormalidades sólo detectables por medio de pruebas de laboratorio, tales como niveles elevados de proteína C reactiva y de las enzimas del hígado.
“El Tifus de las Matorrales es una enfermedad común, pero una que se ha descuidado. Dado que se sabe que causa, aproximadamente, un millón de casos clínicos y mata al menos a 140.000 personas cada año”, dijo el profesor Paul Newton, director de la Unidad de Investigación Lao-Oxford-Mahosot en el Hospital de Investigación Wellcome Trust (LOMWRU), que colaboró en el estudio. Quien agregó que, lo descubierto en Chile, “pone de relieve la necesidad de una mayor investigación y atención hacia ella”.
La bacteria que causa que se identificó por primera vez en Japón en 1930 y se sabe que contagia, dentro de los ácaros, entre sus larvas. Hasta 2006 se pensaba que su rango de acción se limitaba a una zona conocida como el “Triángulo Tsutsugamushi”', que se extiende desde Pakistán en el oeste a Rusia en el Extremo Oriente y hasta el noreste de Australia, en el sur (del triángulo).
Pero entonces, en 2006, se identificaron dos casos fuera del triángulo. Uno, en el Medio Oriente, fue causada por una bacteria previamente no registrada relacionados con Orientia tsutsugamushi, a la cual se bautizó como Orientia chuto. El segundo fue encontrado en Chiloé, la mayor isla frente a la costa de Chile continental.
Nueve y diez años más tarde, en enero de 2015, y luego a principios de 2016, otros tres casos fueron descubiertos en un hospital de Ancud, en la costa norte de Chiloé. El hospital estaba tomando parte en un estudio de las infecciones por bacterias Rickettsia, similares a las del Tifus de los Matorrales causadas por la bacteria Orientia.
“Los casos de tifus de los matorrales, que se encuentran fuera de la parte continental de Chile, amplían nuestra comprensión de la epidemiología del tifus de los matorrales y sugieren que puede haber una distribución global mucho más amplia que el que anteriormente se pensaba”, reflexiona el también coautor de la investigación, el Dr. Tom Weitzel, de la Universidad del Desarrollo en Chile.
Las muestras de los tres pacientes fueron procesados inicialmente en Chile por el equipo de investigación original en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Una vez que se sospechó del tifus de los matorrales, las muestras de la primera paciente fueron trasladados a la Unidad de Medicina Tropical Mahidol de Oxford Investigación (MORU) en Tailandia y para el LOMWRU, su Unidad de Laos, en Vientiane. Parte del grupo de Medicina Tropical de Oxford, MORU y LOMWRU están en países donde el tifus de las malezas es endémico y son líderes en la investigación de la enfermedad en el sudeste de Asia.