Ximena Mosquera, creó Asojóvenes y ahora Mujeres Contextura. Esta última es una organización que busca que víctimas de diversos tipo de violencia, se valoren a sí mismas, pierdan el miedo y logren crear cadenas productivas para su bienestar.
- ¿Quién es Ximena Mosquera?
Tengo 35 años, estudié Derecho en la universidad ICESI de Cali y desde hace más de 15 años trabajo en temas sociales, todo lo que tiene que ver con liderazgo, y lo hago porque me gusta y porque desde mi carrera puedo abrir puertas para apoyar a las personas jóvenes. En este momento ese es mi enfoque, abordando víctimas de la violencia intrafamiliar y lo que tiene que ver con el racismo.
- ¿Qué es Asojóvenes?
Una organización de base comunitaria que surge como estrategia de continuidad del Consejo Juvenil de Mediadores, que es lo que le abre la puerta a ese ejercicio de liderazgo social que empecé a realizar entre los 16 y 17 años, aunque debido a temas laborales y de estudio me tuve que ausentar de la organización. Pero la semilla ha venido a nacer en otra organización que estoy creando en este momento con mi hermana y una compañera, Lorena Mosquera y Patricia Solarte.
- ¿Y cómo se llama esa organización?
Asociación Mujeres Contextura. Lo que hace es abrazar a todas esas mujeres que han sufrido de violencia dentro de su casa o con un hombre o con todo lo que tiene que ver con los grupos LGBTIQ. Y en el tema de racismo también abrazamos a los hombres. Entonces lo que hacemos es explicar que a pesar de que todas las mujeres somos distintas, que tenemos ideales diferentes, pues somos mujeres, y eso es lo que nos hace importantes, el ser seres humanos, el poder decir: no me gusta esto o sí me gusta lo otro, y sigo siendo una mujer. No se nos tiene que descalificar por el hecho de ser distintas, eso es lo que nos hacer ser mujeres, Mujeres Contextura.
- Habla de mujeres, de LGBTIQ, de liderazgo, de violencia intrafamiliar, de abrazar. ¿Qué hacen ustedes: buscan a estas personas o ellas las buscan a ustedes?
Es en dos vías, empezamos acercándonos a amigas que nos decían: mi pareja me dice que si no tengo relaciones sexuales con él me tengo que ir de la casa, o que si no le hacía comida no me volvería a pasar dinero para los niños, entonces vamos hacia ella. Pero el proceso funcionó y esa amiga le contó a otra y ella vino a buscarnos. Entonces es en las dos vías. Y cuando decimos “abrazar” se trata de decirle a muchas personas: si te sientes identificado con nuestra labor, así no estés sufriendo de esto, puedes pertenecer también a nuestra organización. No buscamos cerrarle la puerta a los demás.
- ¿Cómo es el acercamiento con las personas? ¿Qué pasa en ese momento?
Cuando las personas llegan, hay temor, vergüenza, sienten que es complejo hablar de la situación porque muchas de esas personas sienten que es culpa de ellas. Les decimos: no es culpa tuya. No es que lo hayas provocado. Le debes decir “alto”. Y también están aquellas que ya lograron pasar y están dispuestas a contar que hay una organización de jóvenes que quiere brindar alternativas. No se trata solo de que nos cuenten, se trata de preguntarles: vos qué tenés para hacer y qué tenés para dar, porque en muchas ocasiones el problema es de plata. Entonces trabajamos desde los saberes y las experiencias para formar unidades productivas. Muchas hacen collares, ropa, comida. Estamos creando una estrategia para que se conozca el trabajo que hacen y que es parte de su cultura.
- Ejerce el liderazgo dando herramientas a las personas. ¿Cómo logra que las personas se puedan autogestionar y alcanzar sus objetivos?
Es muy difícil. Estamos apenas comenzando, pero crear y formar líderes es un reto. Yo me presento y ellas me ven como lo más grande, pero cuando les dices que también pueden hacerlo, todo cambia. Se trata de demostrarles lo que ellas tienen, sus actitudes y aptitudes para que sean líderes, convencerse a sí mismas de lo que son capaces de hacer. Pero es difícil, porque ellas tienen miedo, porque por años se les ha dicho que no pueden, que no son capaces. Nuestra labor es mostrarles que sí. A las que son cabeza de hogar: dónde está el papá de tus hijos, entonces eso te hace líder de tu casa y te empoderaste para sacarlos adelante. O una persona que empezó a coser y logró salir adelante. Estamos dando talleres donde identificamos falencias y vacíos de las mujeres para que ellas se fortalezcan, eso se lo completamos con otras habilidades que les enseñamos para que ellas se sientan líderes.
- Cuéntenos un caso de éxito...
Una amiga que desde joven empezó una relación con un hombre, que es policía. Ella estaba en embarazo y él la agredió por primera vez. Fue hace 14 años. Le dije que lo dejara, pero ella me dijo que no porque el tipo le había dicho que no lo volvería a hacer. Ella salió del Valle del Cauca y empezó a vivir muchas cosas feas, hasta que sintió que no quería vivir más. Yo le dije que no, que se viniera para mi casa; ella vino a Cali y con mi hermana estábamos pensando en crear empresa, la invitamos y ella nos dijo: “No sé hacer nada, no terminé el bachillerato”. Le enseñamos a manejar el computador, empezó a trabajar y dijo: “Yo puedo, soy capaz”. Ahora está al frente de la empresa y esto demuestra que sí se puede.
- ¿A cuántas personas buscan impactar?
En el pasado con Asojóvenes fueron más de 3.000 jóvenes, porque hacíamos videoforos, talleres y muchos proyectos. Ellos lo reconocen a uno; por ejemplo, se me acercó una niña en un bus, me saludó y me dijo: “Yo estudiaba en un colegio donde una vez fuiste y nos dijiste: ‘no por estudiar en el oriente (antes conocido como el distrito de Agua Blanca) de Cali quiere decir que no van a ir a la universidad. Y hoy te digo que gracias por tus palabras porque hoy estoy estudiando psicología’”. Desde Mujeres Contextura queremos impactar a 80 mujeres en el primer año; una meta que irá subiendo. Ya trabajamos con 15 más todo el equipo.
- ¿Qué han logrado con las cadenas productivas?
Lo primero es romper la barrera, porque ellas creen que lo que hacen no puede ser parte de una cadena. Ellas dicen que más allá de mi zona nadie me lo va a comprar. Les mostramos que sí hay mercados interesados en su producto. Hay muchas mujeres que, si bien son fuertes en su iniciativa productiva, no creen en que eso pueda ser posible. Pero las que ya están empoderadas, han desarrollado estructuras para lanzar al mercado.
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