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Conoce las estrategias para enseñar a los niños un consumo responsable
Viernes, Febrero 10, 2017 - 07:09

Pequeñas acciones en el hogar permitirán a los niños adquirir capacidad para analizar las necesidades reales y prioritarias.

La sociedad de consumo actual anima continuamente a comprar, tanto a grandes como a chicos. En este contexto hay que educar a los hijos en el uso correcto del dinero, para que sean poseedores y no estén dominados por él.

Muchos padres se preocupan por lograr que los hijos sepan lo que cuesta ganar el dinero y cómo administrarlo bien. Esto supone enseñar al niño a distinguir, según criterios rectos y verdaderos, lo que es razonable gastar.

A medida que los niños crecen, estos imitan ciertas actitudes de los padres. En ese sentido, si los papás realizan gastos innecesarios, los niños también lo harán. La mejor manera de evitar esto es hablar con los hijos desde edades pequeñas y mostrar el ejemplo.

Educar a los niños sobre este asunto es mucho más que prepararlos para una vida de trabajo o de ahorro. Algunos padres no lo toman como una preocupación porque piensan que no deben hablar de dinero con los niños, o que no tienen suficiente como para convertirlo en un tema de discusión, o que es mejor que ellos no sepan cuánto ganan sus padres.

Sin embargo, es posible realizar actividades orientadas a fomentar el trabajo, el ahorro y la solidaridad desde que los niños son pequeños, analizando la real utilidad de las cosas, el servicio que pueden prestar a otros y la variedad de usos que se le puede dar a los objetos (incluido el dinero).

Pequeñas acciones en el hogar permitirán a los niños adquirir capacidad para analizar las necesidades reales y prioritarias, distinguir deseos y posibilidades o adquirir conciencia de la situación económica familiar y social.

Natalia Trenchi, psiquiatra de niños y adolescentes, opinó al respecto:

-Los niños muchas veces piden a los padres que les compren cosas que ven en la televisión, y lo quieren ya, de forma inmediata. ¿Qué pueden hacer los padres para evitar esa actitud de consumismo?

Lo primero que hay que hacer es dar el ejemplo de consumidores responsables, reflexivos, es decir, no comprar por comprar, ni porque es algo que me están mostrando, ni siquiera porque tengo la plata para hacerlo. Debe haber motivos justificados para realizar una compra.

Predicar con el ejemplo de que se gasta el dinero por necesidad. Esto es importante, porque suele confundirse lo que es necesidad con lo que es deseo, pero son dos cosas muy distintas. Con esto no quiero decir que una persona no pueda comprar un objeto solo porque lo desea, pero hay que ser consciente que lo que se siente en esa compra es eso, un deseo. 

También existen ejemplos que se le pueden dar a los hijos en la cotidianidad, como enseñarles a ahorrar luz o agua, educarlos para que no desperdicien los recursos naturales; no tirar comida, reciclar, entre otros. Estas son maneras de concientizar a los niños sobre que malgastar no está bien. Se puede ayudar a los más chicos a desarrollar una mentalidad más resistente a caer en el consumismo compulsivo en el que vemos que están cayendo un montón de ellos.

-¿Una buena manera de enseñar a los niños a valorar las cosas puede ser a través del reciclaje?

Sí. No usar y tirar los objetos, sino cuidarlos porque nos son útiles, porque costaron dinero y merecen que los cuidemos. Es importante arreglar aquellas cosas que pueden serlo antes de comprar una nueva que la sustituya.

Otra forma de educar, es que vean que los padres valoran objetos que no tienen un valor material pero sí afectivo, como por ejemplo: una piedra que les recuerda un día de playa, un boleto de ómnibus de un paseo o un encuentro con una persona que quieren. Es mostrarles a los más pequeños que hay objetos que importan no por su valor económico sino por los recuerdos que evocan.

-¿Cómo pueden los padres educar y enseñar a manejar los impulsos de comprar?

Es imperioso que a los niños les enseñemos a vivir en un mundo en el que la publicidad ocupa un lugar muy importante, para que aprendan a decodificar los mensajes que transmite. Es decir, que entiendan que, cuando en la televisión les muestran algo que dicen que es lindo, que hay que tenerlo, lo que en realidad quiere el auspiciante es el dinero de la compra. Es importante que los chicos vean y comprendan que no todo lo que muestran en las publicidades es real.

Es común que los niños se desilusionen cuando ven que, por ejemplo, el robot que en la pantalla del televisor se mueve, vuela y hace proezas, cuando lo compran es un muñeco rígido de plástico que no hace nada de eso. Los chicos tienen un pensamiento concreto y es por esto que a veces no se dan cuenta de que lo que muestra la propaganda no es la realidad. Enseñarles a entender el mensaje real detrás de los anuncios publicitarios es enseñarles a defenderse y no dejarse engañar. Que aprendan a extraer del contexto la información que es verdadera y útil. Lo importante es buscar el equilibro, sobre todo en los tiempos en los que vivimos.

"Hay que dar el ejemplo de consumidores responsables, reflexivos. No comprar por comprar, ni porque es algo que me están mostrando".

Para destacar:

Los padres deben predicar con el ejemplo para enseñar a los niños a ser consumidores responsables. No comprar compulsivamente sino ser reflexivos.

Valorar objetos no por el costo que tengan sino por lo que significan a nivel afectivo, es una manera de enseñar a los niños que no todo lo que importa cuesta dinero.

Es importante educar al niño para que aprenda a decodificar los mensajes publicitarios y extraiga la información útil del contexto que le presenta el auspiciante.

Realizar actividades orientadas a fomentar el trabajo, el ahorro y la solidaridad desde que los niños son pequeños es una manera de ayudarlos y educarlos. Ejemplo: ahorrar la luz o el agua.

Arreglar, siempre que se pueda, los objetos que se rompen antes de comprar nuevos. Cuidar las cosas porque tienen valor y costó esfuerzo conseguirlas. Enseñar a reciclar a los más chicos.

Foto: pixabay.com

 

Autores

elobservador.com