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Conoce los pilares del coaching
Domingo, Agosto 7, 2016 - 10:09

John Whitmore, fundador de Performance Consulting propone el Coaching, técnica pensada para mejorar el rendimiento en cualquier ámbito.

A la mayoría de las personas se nos ha dicho todo el tiempo qué hacer: lo hicieron nuestros padres, maestros y ahora los jefes. Ordenar y obedecer es un método cómodo, rápido y sencillo, que da la sensación de control. Sin embargo, ese poder es una falacia que se evapora cuando quien la da orden se da vuelta y desaparece. La gente tiende entonces al bajo rendimiento en el mejor de los casos, y al franco sabotaje, en el peor escenario.

Para contrarrestar el método orden-obediencia, John Whitmore, fundador de Performance Consulting propone el Coaching, técnica pensada para mejorar el rendimiento en cualquier ámbito, y que se basa en la relación que se establece entre el coach y su discípulo.

El autor del libro Coaching, expone que esta técnica se emplea para motivar al personal, delegar, resolver problemas, relacionarse de manera interpersonal; reforzar equipos; valorar y evaluar rendimiento y desarrollar planes de carrera.

Su base es el diálogo que se da entre el coach y el alumno y sus principios claves son las conciencia y la responsabilidad personal. Su objetivo subyacente y omnipresente es potenciar la seguridad de los demás en sí mismos. El coaching, indica el autor, otorga al jefe que lo emplea control real y al subordinado una responsabilidad también real. Este método es por tanto una forma de gestionar, de tratar a personas, de pensar, de ser y de estar.

Los pilares

Considerado desde 1992 el padre del coaching moderno, Whitmore expone que el primer elemento clave del coaching es fomentar la conciencia a un nivel adecuado para las tareas necesarias.

También está la responsabilidad, que es crucial para el alto rendimiento y, para sentirse plenamente responsables, es imprescindible poder escoger.

El autor considera que el coach no necesariamente debe tener conocimientos técnicos sobre el área que trabaja, pero sí debe evitar resolver los problemas de su discípulo, asesorarlo o instruirlo; debe ser consciente de sí mismo para evitar proyectarse en éste y transferirle sus propias experiencias personales, que puedan condicionar su actuar en el presente.

La estructura del coaching es el GROW (goal, reality, option y what o determinar qué), pero esta secuencia carece de valor cuando carece de conciencia y responsabilidad personal.

Marcarse objetivos es otro de los pilares de coaching, así como el de la realidad, cuyo criterio más importante es el de la objetividad, es decir, ser capaces de percibir las cosas como son y saber cuáles son los factores internos que distorsionan la propia percepción dela realidad.

El coach debe ser capaz de seguir la línea de pensamiento de su discípulo e identificar sus emociones formulando preguntas como ¿qué sientes cuando tu jefe te llama inesperadamente a su despacho? ¿de qué crees que tienes miedo? ¿cómo crees que inhibes tu potencial? ¿cuál es la emoción predominante cuando sabes que has hecho un buen trabajo?

Otro elemento fundamental del coaching es liberar del miedo al discípulo, pero también debe ser capaz de detectar los motivos ocultos del discípulo, aquellos con raíces psíquicas, que valdrían la pena ser valoradas por un profesional.

Encontrar opciones es otro pilar. No se trata de generar una respuesta correcta, sino una lista con todas las estrategias posibles, que posteriormente se irá depurando. Una vez hecha este listado, se escogerá la mejor o las mejores, conforme sus costos y beneficios. El coach sólo interviene con su conocimiento y experiencia en una cuestión específica cuando el alumno ha agotado sus posibilidades.

El último pilar es qué hacer. Hasta aquí el diálogo entre el coach y el discípulo se transforma en una decisión, en un plan de acción basado en la realidad. Aquí se completa el ciclo del entrenador, quien ofrecerá al alumno un registro escrito, claro y preciso de las acciones acordadas y las respuestas de éste último.

Whitmore recuerda por último que en la empresa no hay soluciones inmediatas y el buen coaching es un arte que requiere conocimiento y mucha práctica para desplegar todo su potencial.

Foto: Unsplush

Autores

ElEmpresario.mx