Es importante saber qué hábitos te ayudarán a tener un día productivo y llevar tus tareas a cabo sin distracciones.
Es muy sencillo caer en distracciones o conductas que terminarán por alentar tu ritmo de trabajo. Muchas organizaciones operan bajo algunos mitos que se cree aumentan la productividad, y que la ciencia ha comprobado que resultan contraproducentes, como el trabajo bajo presión.
En busca de los secretos de la productividad, algunas empresas y organizaciones han llevado a cabo diferentes estudios en donde demuestran qué sucede realmente cuando se llevan a cabo algunas de estas prácticas que, lejos de ayudarte, pueden hacer más deficiente tu trabajo.
En busca de promover una cultura de trabajo más eficiente, la startup de sofás de diseño Sofamatch se dio a la tarea de recopilar estos siete mitos y realidades sobre la productividad en la oficina según la ciencia:
1. ¿La multitarea es más eficaz?
¡Mentira! A pesar de que pueda parecer que estás haciendo un arduo trabajo respondiendo mails, escribiendo una lista de pendientes y atendiendo otras tareas al mismo tiempo, lo que realmente haces es obstaculizar tu productividad.
Natalie Houston, coach de productividad, dice: "Creemos que estamos manejando muchas cosas a la vez, pero nuestro cerebro no está diseñado para hacer muchas tareas cognitivas al mismo tiempo."
2. Más trabajo es igual a mayor productividad
En realidad, en este punto ocurre todo lo contrario, ya que existen diversos estudios que muestran cómo disminuye considerablemente la productividad de los trabajadores después de las 50 horas trabajadas a la semana. Además, las personas que trabajan más de 70 horas a la semana no producen más que las personas que trabajan 55.
3. Comienza con las tareas más difíciles
A pesar de que este método tenga sus ventajas, como tener más energía para afrontar los problemas, comenzar con las tareas pequeñas o cortas genera múltiples ventajas. En primer lugar, la sensación de avance conforme vas terminando tareas es magnífica, pues genera un alto grado de fluidez y sensación de que todo va hacia delante y sin tanto esfuerzo. El cerebro prefiere realizar las tareas que menos energía requieren, es decir, las más fáciles.
4. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy
Al organizar tus pendientes, es más efectivo utilizar una línea de tiempo para estar mejor organizado. No importa cuántas tareas tengas en tu lista, la gente realmente productiva siempre está revisando lo que tiene que hacer las siguientes semanas, con la mirada puesta no sólo en el trabajo inmediato, sino también en el futuro, pues todo toma tiempo.
Más que intentar hacer todo en un día, que puede resultar en una decepción de tus propias habilidades, intenta ser realista y calendarizar tu trabajo.
5. Un espacio limpio hace maravillas para la productividad
Hay personas que creen que tener un espacio limpio de trabajo aumentará la productividad del usuario. También hay personas que creen lo contrario, sin embargo, ninguna de estas es la correcta, ya que esto depende de las preferencias y necesidades individuales de cada persona.
6. Desconéctate y serás más productivo
Hay personas que piensan que el Internet es malo para la productividad, pero la realidad es que el Internet se volvió una parte significativa en nuestras vidas y su rol en nuestro trabajo no debe minimizarse, tanto para apoyarnos en nuestras labores como una distracción dosificada para descansar a lo largo del día.
En 2011, la revista Science publicó un estudio que demostró que hoy en día, algunas personas simplemente prefieren investigar información en lugar de memorizarla. Si bien en ocasiones se puede convertir en una distracción, también es cierto que se trata de una herramienta invaluable. Una posible solución es bloquear los sitios problemáticos para utilizar esta herramienta sólo para trabajar.
7. Somos más productivos en oficinas
En la cultura profesional de hoy en día, esto simplemente es falso, pues muchos estudios han demostrado cómo el trabajo desde el hogar, espacios de coworking o lugares públicos como cafeterías, aumentan la productividad.
Esencialmente es una cuestión de preferencias, mientras que algunos aman trabajar fuera de la oficina (especialmente los integrantes de la generación millennial), otros encuentran difícil de centrarse cuando están rodeados por gente que no está trabajando.
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