Para el experto en neurociencia aplicada a la empresa Estanislao Bachrach hacer muchas tareas a la vez es ineficiente porque va en contra del funcionamiento natural del cerebro y genera estrés
"Utilizamos el 100% del cerebro?”, preguntó ante la Sala Teatro Movie repleta, el doctor en biología molecular y especialista en neurociencia, Estanislao Bachrach. La respuesta del público fue inmediata, casi obvia: “¡no!”. La sorpresa del auditorio fue genuina cuando el especialista argentino retrucó: “¡Sí! Contrario a lo que se cree, se usa el 100% del cerebro pero solo un 2% a la vez”.
El especialista estuvo la semana pasada en Uruguay para presentar su último libro, Encambio, a través del cual explica cómo utilizar la mente –entendida como los pensamientos y las emociones–, para modificar el comportamiento del cerebro, y así ser más eficiente y creativo.
Fue durante esa visita que el especialista argentino dio una charla a beneficio de la fundación Logros en la Sala Teatro de Movie, el pasado jueves.
Bachrach utiliza sus conocimientos sobre el cerebro para potenciar la innovación en empresas y tiene entre sus clientes al Banco Galicia, Coca-Cola, Wallmart, CPA Ferrere –en Uruguay–, bajo la premisa de que “la diferencia entre las organizaciones ya no pasa por los estudios de sus técnicos, sino por la empatía, el manejo de las emociones y la creatividad, cosas que no se enseñan en ningún lado, pero que la ciencia dice que se pueden aprender”.
Tres cerebros
El cerebro humano no es uno, sino tres superpuestos; cada uno con una función específica. El cerebro reptiliano tiene 500 millones de años y es el responsable del instinto; el límbico tiene 200 millones de años y es el responsable de las emociones. El último, el Cortex, es el que nos diferencia del resto de los animales y es el que da la lógica y la razón. Tiene “apenas” 100.000 años.
Cada una de estas partes del cerebro también puede ir en contra de la eficiencia y de la innovación. Por ejemplo, la reptiliana busca ahorrar energía para tener suficiente en caso de peligro.
La mejor manera de lograrlo es evitar que el cerebro piense. Este órgano prefiere la repetición, “hacer siempre lo mismo, en lugar de animarse a probar algo nuevo”.
“El cerebro tiende a sobrevivir, quiere pasarla bien y trata de automatizar todo lo que haces para ahorrar energía, para que no se te ocurra pensar, porque pensar es correr riesgos. Es como una especie de lucha entre tu cerebro y tu mente, en donde el 95% del tiempo te gana el cerebro” dijo Bachrach a Café & Negocios.
Por otra parte, cuando se prueba, existe el riesgo de fracasar, lo que se traduce en frustración. El cerebro límbico “trabaja buscando recompensas y minimizando el dolor”, agregó, algo que va en contra de la innovación.
“Ser automático, no es malo, pero para ciertas cosas está bueno pensar y sentir distinto, es por eso que para cambiar algo puedo usar mis pensamientos y emociones”, aseveró.
A su vez, el cerebro límbico enseña cuán importante es la socialización para el ser humano. “El cerebro es social”, aseguró Bachrach, por lo que “el dolor social genera la misma actividad cerebral que el dolor físico”.
Por otra parte, el cortex, “funciona de una cosa por vez, en un proceso serial”. Esto conspira en contra de hacer muchas tareas al mismo tiempo, lo que es llamado “multitasking”.
Para Bachrach, la ciencia dice que “multitasking” es ineficiente, porque la atención es un recurso limitado y esta práctica hace que se “prenda y apague el cerebro” para pasar de una actividad a otra.
Esto es una forma de “forzar la máquina” lo que genera estrés, y “hace que todo parezca urgente”, incluso aquellas cosas que no lo son.Esta parte del cerebro, por ser la más joven, “gasta más energía, porque no sabe ahorrar”. Por eso, las tareas como comprender, memorizar y priorizar e inhibir –decidir que no se va a hacer algo en función de otra cosa– son las que más energía gastan.
Consejos para ser más eficiente
Planificar la semana
Planificar es la tarea que más energía le consume al cerebro porque implica priorizar, lo cuál a su vez exige recordar, inhibir y decidir. El especialista recomienda escribir dicha planificación para no tener que destinar energía en memorizarla. Además, es aconsejable preparar la semana en un momento en el que no se esté bajo estrés, porque de lo contrario “todas las tareas parecerán urgentes”, haciendo más difícil descartar una en favor de otra –inhibir–.
Descartar y simplificar
Según el especialista, cuanta más información tenga una persona para decidir, más se va a arrepentir de esa decisión. Por eso, Bachrach recomienda descartar parte de ella antes de tomar una decisión. “Hoy la información no es poder, es paralizante”, opinó el especialista argentino.
También es necesario simplificar las tareas a desempeñar, y no involucrarse en más de cuatro grandes proyectos al mismo tiempo, aseguró Bachrach.
Recargar energías
Tomar una decisión difícil, o trabajar largas horas, agota las energías del Cortex. Para recargarlas el especialista recomienda hacer ejercicio, lo que permite redistribuir el 2% de las neuronas que se utilizan en otras partes del cerebro asociadas con las tareas motoras y así descansar a la responsable de la lógica y la razón. Además aconseja escuchar música y hacer foco en uno de los instrumentos, por cinco minutos. Otra alternativa es dormir siestas cortas de hasta 20 minutos.
Desconectarse
“Al cerebro le encanta distraerse”, aseguró el especialista. Los celulares contribuyen a esa distracción, razón por la que Bachrach recomienda desconectarse. Las personas son adictas a revisar el celular porque tienen la esperanza de recibir una buena noticia, lo que se traduce en una “promesa de placer” que tiene el mismo efecto adictivo que el consumo de cocaína.
En total los trabajadores están dos horas diarias distraídos. “No hay forma de gestionar las distracciones, salvo que apagues todo”, concluyó.