Los cuidados de su delicado cabello cuando nace, de sus ojos, nariz, oídos, ombligo y genitales son fundamentales para que el bebé tenga una bienvenida al mundo llena de bienestar, salud y placer. Acompañar cada rutina requiere contar con los elementos necesarios. 

 

 

El cepillado del cabello del recién nacido debe hacerse después del baño todos los días, pues esto evita la formación de la costra láctea (unas escamas de color marrón en la cabeza). Se debe utilizar un cepillo de cerdas suaves, que no arañen su cuero cabelludo. Si la costra láctea ya se ha formado, es necesario limpiarle la zona con una sustancia aceitosa indicada por el pediatra.

 

 

Se trata de una parte del cuerpo muy delicada. No es necesario cortar las uñas del bebé en las primeras semanas, ya que son muy débiles, y lo más probable es que se rompan solas. Es conveniente cortarlas con unas tijeras de punta redonda -y mejor- cuando el bebé duerme.

 

 

Para descongestionar la nariz, es importante contar con suero fisiológico y aspirar las mucosidades con una pera o un aspirador nasal especial para bebés. El suero también es útil para limpiar delicadamente, con una gasa, las legañas.

  

 

En cuanto a qué lociones o jabones usar, siempre deben ser productos indicados para el bebé y, en caso de cualquier reacción, consúltale al pediatra.

 

 

El contacto con la orina y con las heces puede irritar la piel de la colita del bebé hasta el punto de generar dermatitis del pañal. No solo es recomendable cambiar frecuentemente de pañal y asear la zona con pañitos húmedos, sino usar una crema a base de óxido de zinc para crear una barrera.

Cromos/ El Espectador