Esta privilegiada región tiene tanto para ofrecer que sería imposible lograrlo todo en una estadía promedio de una semana. Pero es importante tener en cuenta de qué se trata para decidir cómo armar el plan y aprovecharlo al máximo.
El Observador de Uruguay. Si hay un plan perfecto para quienes gustan de maravillosas playas, pero a la vez quieren ir por más, la elección debe ser la Riviera Maya. Son 120 kilómetros de diferentes opciones, para conocer paseando, para instalarse o para ir combinando (incluso quienes se alojan en Cancún, el balneario principal del Estado de Quintana Roo se desplazan cada día).
Esta privilegiada región tiene tanto para ofrecer que sería imposible lograrlo todo en una estadía promedio de una semana. Pero es importante tener en cuenta de qué se trata para decidir cómo armar el plan y aprovecharlo al máximo.
Tomando como referencia el Aeropuerto Internacional de Cancún, donde se llega conectando desde México DF -o de vuelos que llegan directamente a Cancún sin pasar por la capital mexicana-, el corredor llamado Riviera Maya se ubica hacia el sur del principal balneario.
El primer punto de esta franja, a poco más de 15 kilómetros del aeropuerto de Cancún, y antes de llegar a Playa del Carmen, es Puerto Morelos. Un lugar que pocos años atrás no figuraba en los itinerarios ni en las elecciones de los millones de turistas que visitan por año el Estado de Quintana Roo, hoy es uno de los preferidos para quienes gustan de una mayor tranquilidad y disfrutar de un lugar más relajado entre medio de las luces de Cancún y Playa del Carmen.
Puerto Morelos es también buscado por los amantes de las bellezas marinas, ya que en él se encuentra el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, a metros de la orilla, un lugar perfecto para realizar buceo y esnórquel.
Otro de los atractivos de este lugar es la ruta de los cenotes, maravillosos pozos de agua que jamás dejan de sorprender con sus diferentes formas y colores. Así como sus visitantes buscan la tranquilidad, muchos han decidido instalarse, por lo que el lugar se ha convertido en un crisol multicultural, lo que le da un encanto muy particular, tanto por sus actividades diurnas como nocturnas. Es posible alojarse directamente en este balneario, y existen opciones para todos los bolsillos, o simplemente visitarlo por el día y disfrutar de toda su riqueza natural.
La costa es ininterrumpida y cada vez surgen más posibilidades y pequeñas localidades o puntos de destaque en la Riviera Maya, pero si citan los principales, sin duda el próximo destino es Playa del Carmen, la más grande y cosmopolita de esta ruta.
Diversidad de oferta hotelera, gastronomía, compras y muchas opciones de diversión, con playas espectaculares -y todavía con un perfil más low que Cancún- son el combo perfecto para los visitantes de todo el mundo que buscan disfrutarla e instalarse directamente en “Playa” como se le dice habitualmente. Una de las actividades imprescindibles en Playa del Carmen es cruzar a la isla de Cozumel, donde pasar el día en sus espectaculares playas, y como otra oportunidad para bucear o hacer esnórquel en el arrecife, y hasta incluso disfrutar de un parque acuático, ver pavos reales e iguanas.
Siguiendo por el corredor turístico de la Riviera Maya se encuentra Puerto Aventuras, una opción tal vez más sosticada o, como se describe en su website “el Paraíso Náutico de la Riviera Maya”. Lugar muy visitado por los amantes del golf, es un lugar muy buscado por su belleza pero también porque se encuentra ubicado muy cerca de atracciones como el Parque Xcaret, uno de los principales de la zona.
Por la franja costera hacia el sur se encuentra Akumal. De blanquísimas arenas, es otro de los puntos donde el arrecife de coral y las incontables especies marinas atraen a sus visitantes. Es otro de los lugares con un perfil más tranquilo de la Riviera Maya, y también muy demandado por los viajeros para disfrutar de la laguna Yal-ku y sus coloridos peces tropicales, así como el parque natural Aktun Chen, famoso por sus cuevas con estalactitas y estalagmitas, su río subterráneo y los cenotes.
Uno de los menos conocidos y más al sur, es Punta Allen. Manglares, ríos, selva y maravillosas playas son los atractivos de este pequeño pueblo sobre una pequeña lengua de tierra; es este un lugar muy buscado por quienes quieren huir de las multitudes, pero a la vez disfrutar de las bondades naturales de la zona. Es, además, una opción perfecta para quienes buscan realizar turismo ecológico: de una riqueza enorme en cuanto a biodiversidad, forma parte de la Reserva de Sian Ka’an, una de las más grandes del mundo.
Arqueología y playa
Una característica muy particular del lugar es la convivencia de las playas con la riqueza arqueológica del legado maya. Tulum, la que fue una ciudad amurallada durante los siglos XIII y XV, es un claro ejemplo. Sobre la orilla del mar Caribe esta zona arqueológica deja absortos a sus visitantes por el contraste del gris de la piedra con el azul del cielo, y de sus aguas que oscilan entre el turquesa y el verde esmeralda, un sitio cada vez más demandado por su inmensa belleza y especial magnetismo.
Cobá es otro de los puntos importantes en cuanto a riqueza arqueológica en medio de una jungla y junto a cuatro lagos naturales. Aún no tan visitadas como Tulum o Chichen Itzá, ya son varias las voces que anuncian la enorme importancia de esta ciudad selvática de la Península de Yucatán.
Una recomendación es tomar los tours que visitan Tulum y Cobá durante el día, los parajes son increíbles y se conoce la historia de esta enorme civilización. +
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este lugar es una de las áreas protegidas más grandes de la Riviera Maya, de enorme biodiversidad y belleza. Es un sitio que alberga más de 300 especies de aves y animales. Sian Ka’an signica “donde nace el cielo”, y es lo que se siente al visitarlo. Con el objetivo de proteger y conservar aun más esta reserva ecológica, es que se creó Maya Ka’an, una iniciativa de turismo sustentable, en donde reciben a viajeros que quieran vivenciar las tradiciones ancestrales de los mayas, probar sus comidas y conocer toda su mística, en un entorno inigualable.