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Conozca el estilo gráfico "fileteado" de Buenos Aires, considerado patrimonio por la Unesco
Miércoles, Diciembre 9, 2015 - 15:12

A fuerza de tradición y técnica, se convirtió la semana pasada en la primera inclusión propia de Buenos Aires como patrimonio inmaterial de cultura.

Carteles, murales, mates e incluso fundas de celulares. Cada uno de ellos, desbordantes de colores y ornamentos, gritan la ciudad de la que provienen: Buenos Aires, cuyo nombre se encuentra eternamente perfilado entre espirales, hojas, flores y banderines.

Lejos de aquella orilla, en Namibia, los vibrantes diseños y tonos del fileteado porteño pasaron a las manos del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda de la Unesco, encargado de juzgar el valor cultural de la práctica. De reconocer su rol en la representación de identidades, trascendiendo las chapas o las maderas en las que se plasme.

Con el trabajo de antropólogos y asociaciones de fileteadores de la ciudad y el país, la práctica logró superar las instancias de selección en las que se dejó atrás a la milonga y a los bares notables, o cafés, otras de las propuestas de Argentina para el listado internacional.

A fuerza de tradición y técnica, el filete porteño se convirtió la semana pasada en la primera inclusión propia de Buenos Aires, luego de que, en 2009, el tango fuese incorporado gracias a la petición conjunta de Montevideo. Ese mismo año, solo a solicitud de la capital uruguaya, el candombe también pasó a formar parte de la lista.

Más allá del renombre, la inclusión de la práctica asegura el resguardo del fileteado y su promoción cultural. Entre las medidas propuestas como contraprestación a la inclusión se destacan concursos fotográficos que registren los filetes alrededor del país, un documental sobre la técnica, encuentros académicos que propulsen la investigación y la formación de una comisión permanente integrada por fileteadores y jerarcas del área de Cultura bonaerense.

La revalorización por parte del público también es una de las metas, con la creación de un circuito en el que se puedan ver las distintas manifestaciones del filete a lo largo de las épocas y la evolución de su estilo.

"Es un patrimonio vivo, porque tiene registros en viejos objetos, incluso los antiguos colectivos. Y en la actualidad, está presente, por ejemplo, en la decoración de muebles y en tatuajes", comentó la directora general de Patrimonio de Buenos Aires, Liliana Barela en la prensa.

El estilo nació en las fábricas de carros porteñas, donde los primeros pintores dieron lugar a una técnica que, inspirada en el estilo neoclásico, pervivió solo en testimonios. Mientras que uno de los padres fundadores incorporó los colores intensos, otro sumó los motivos ya clásicos.

Con los años, el estilo se hizo un lugar en los camiones y ómnibus bonaerenses, pero, sin la aceptación de la crítica artística, logró llegar a las galerías recién en 1970, año en el que se realizó la primera muestra sobre el filete.

Ese beneplácito sufrió su primer retroceso cinco años después, cuando una ordenanza de la ciudad impidió el fileteado en los vehículos. La prohibición, sin embargo, no hizo sino crear más lienzos: fuera de los vehículos, el estilo pasó a carteles, paredes y objetos variados, convirtiéndose en sinónimo de Buenos Aires. En símbolo de la ciudad que una vez lo quiso erradicar.
 

Autores

El Observador