Camilla Kring, creadora del método Life Navigation, se presentó en el seminario Núcleo del IAE Business School.
El auge del work-life balance dio lugar al desarrollo de los más variados esquemas de flexibilidad dentro de las compañías desde aquellos relacionados con los horarios, pasando por la posibilidad de trabajar en remoto, hasta los retornos graduales luego de una licencia. Estas políticas cada vez cobran mayor relevancia para atraer y retener talento en posiciones que son clave para el negocio; sin embargo sin un plan genuino detrás que esté avalado por la cultura organizacional, pueden terminar no siendo efectivas.
“Desarrollar e implementar políticas de flexibilidad va más allá de promover una acción puntual. Implica concebir al mundo laboral desde una mirada diferente en lo que hace al espacio y tiempo; entendiendo que la productividad de un directivo no siempre está dada por la cantidad de horas que trabaje o la presencia en la oficina, sino por el cumplimiento de sus objetivos”, analiza Brenda Barán, socia directora de GLUE Executive Search, headhunter especialista en top management.
En ese sentido, la danesa Camilla Kring, creadora del método Life Navigation, quien recientemente visitó Argentina en el marco del seminario Núcleo del IAE Business School; es contundente “hay que romper con los esquemas tradicionales de trabajo que nos privan de mejorar la productividad y calidad de vida, como la noción de que aquel que no está en la oficina, no está trabajando o que hay que trabajar 8 horas diarias para ser productivo. Esto supone generar un verdadero cambio cultural dentro de la organización y para ello, es necesario contar con el apoyo de quienes ocupan niveles jerarquicos. ”
Su método –implementado con éxito en Europa- propone mejorar el balance entre la vida laboral y personal a través de la lente de los ritmos biológicos considerando: tiempo, objetivos, ritmos y espacios y apunta a crear culturas de trabajo flexible que se adapten no sólo a las personas A (aquellas que rinden mejor temprano por la mañana) sino también a las B (quienes tienen mejor desempeño por la tarde). El método se basa en:
1. Tomar conciencia y control del tiempo.
2. Setear objetivos personales y laborales.
3. Entender en qué momento del día se es más activo y productivo para potenciar ese tiempo al máximo.
4. Identificar cuál es el mejor espacio para llevar a cabo cada actividad (ya sea laboral o personal).
Aquellas compañías que lo han implementado, incrementaron la satisfacción de su personal por la conciliación entre la vida laboral y personal de un 39% al 95%; disminuyeron la rotación del 31% al 10%; y se convirtieron en empresas más atractivas para trabajar ya que la recepción de CV no solicitados creció en un 300%.
“Aunque no todas las posiciones directivas de todas las áreas son compatibles con todas las modalidades de flexibilidad; lo cierto es que hoy, gracias al avance de la tecnología, no hace falta estar in situ para tomar decisiones. Un ejecutivo puede dar respuesta inmediata y tomar decisiones desde cualquier lugar donde esté, a través de un dispositivo móvil que tenga conexión a internet. Esto dinamiza el trabajo y le da la posibilidad al directivo de generar un mejor equilibrio personal y laboral. Las empresas que se animen a cambiar la manera de concebir el trabajo, serán las que efectivamente logren captar y retener a los mejores” manifiesta Barán.