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Conozca el programa que entrenó a 100 mil emprendedoras peruanas
Viernes, Marzo 7, 2014 - 13:08

El programa Salta, con el objetivo de fortalecer la capacidad empresarial de la mujer en Perú recién concluye luego de impactar miles de pequeñas, medianas y microempresarias a lo largo y ancho de todo Perú, empleando de forma innovadora la telenovela como herramienta de aprendizaje.

Según datos del Banco Mundial (BM), más de un tercio de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) en las economías emergentes son propiedad, o han sido cofundadas, por mujeres, las cuales también representan el 40% de la fuerza de trabajo global. Por eso, “invertir en las mujeres emprendedoras es una buena decisión económica”, un mensaje que tratan de propagar desde hace varios años instituciones internacionales como el BM y la ONU. Sin embargo, dada la tradición y las normas culturales imperantes en la mayoría de estos países las mujeres aún se consideran ciudadanos de segunda clase, y deben esforzarse mucho más que los hombres para acceder a mejores puestos, mejores salarios, créditos bancarios y mantener mientras tanto el balance de la vida personal y familiar.

Varias organizaciones vienen trabajando para ayudar a mejorar las circunstancias de vida de las mujeres. Algunas se enfocan en la educación, otras en salud, otra en herramientas de emprendimiento. Varias unieron esfuerzos para desarrollar un gran proyecto en Perú el Programa Salta, dirigido a fortalecer la capacidad empresarial de las mujeres en Perú y que recientemente alcanzó la meta de brindar a más de 100 mil mujeres una educación básica de negocios. La Thunderbird School of Global Management lideró el programa educativo que llegó a miles de mujeres en casi todo el territorio peruano, en alianza con organizaciones internacionales regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y locales como Aprenda y Mibanco y la asistencia del gobierno australiano. Pero el programa constó de dos componentes. Además del Programa Salta, Thunderbird se combinó con la Universidad del Pacífico en Perú para participar del proyecto “10K Women” de Goldman Sachs, el cual se propone brindar educación certificada a mujeres propietarias de pymes alrededor del mundo.

“Este proyecto forma parte de la iniciativa Thunderbird for Good, que la escuela comenzó desde 2005. Llevamos alrededor de nueve años entrenando a mujeres emprendedoras en Afganistán, Haití, Paquistán, y otros 25 países a los cuales ahora se suma Perú. Siempre trabajamos con aliados locales que nos ofrecen el conocimiento del terreno, que identifican las necesidades específicas y las características de los contextos donde operan estas mujeres emprendedoras”, comenta Kellie Kreiser, directora ejecutiva de Thunderbird for Good.

Educación, emprendimiento y telenovelas

El programa Salta se inició en 2009, a raíz de la invitación del BID a Thunderbird a que llevara ese tipo de proyecto a América Latina. A esto siguió un complicado proceso de buscar aliados y fondos que permitieran financiar la iniciativa. Uno de las primeras instituciones en sumarse fue Mibanco, que en Perú, muy activa en los micrifinanciamientos y que cuya clientela es mayormente femenina. El gobierno australiano se participó vía su programa AusAid, dado su compromiso expreso de colaborar con la erradicación de la pobreza mundial. El BID dobló los fondos a través de su Fondo de Inversiones Multilateral (MIF). La idea de llevar a específicamente a Perú este programa fue precisamente sugerida por el BID. 

“Esta colaboración hace que impulsó este programa es muy interesante. La forma en que lo logramos, con tantos participantes y aliados, lograr que todos los participantes llegaran a acuerdos, se coordinaran, cada uno desempeñando un rol pero con un mismo objetivo que era conseguir la realización del proyecto, eso es maravilloso. Ojalá sirva de inspiración a otras instituciones y personas a hacer algo parecido en el futuro”, recalca Kreiser.

Por otra parte, existe una imagen anclada sobre la sociedad peruana como muy conservadora, machista, donde la mujer ocupa un lugar secundario. “Era una imagen para desafiar”, añadía la directora ejecutiva del programa de Thunderbird.

“Las mujeres de Perú y en general de la región son muy emprendedoras, las encuestas dicen que 44 porciento de las mujeres peruanas están motivadas a comenzar un negocio en los próximos tres años. La mayoría de ellas lo hacen cuando ven la oportunidad, por eso brindar a estas mujeres ya motivadas las habilidades y conocimientos que necesitan para hacer crecer sus empresas va a significar ganancias para la región. Lo que demuestra el Programa Salta es que programas relativamente cortos, pero innovadores, pueden resultar en beneficios concretos”, comentó Nancy Lee, manager general del MIF.

Lo innovador viene sobre todo en relación al uso del formato telenovela para las sesiones del programa. Miriam Vázquez, gerente de proyectos y operaciones en Aprenda, el instituto de la microempresa del Grupo ACP en Perú, que trabajar para mejorar la calidad de vida de las emprendedoras a través del diseño y operación de proyectos de desarrollo de negocios, comenta que cuando la persona es adulta “el conocimiento se construye a partir de lo que ya sabe” y se alcanza más efectividad cuando se estimulan las emociones. “Aprenda decidió crear una serie de telenovelas mediante las cuales se pudiera transmitir o reforzar conocimientos. Las telenovelas creadas reflejan historias de mujeres emprendedoras que son madres, mujeres y empresarias. Las protagonistas pasaron por problemas familiares y económicos, pero finalmente lograron dar el gran salto en su negocio utilizando las experiencias que sus familiares y amigos les van enseñando. Se buscaba que las participantes se identificaran con las historias porque reflejan sus problemas personales, a la vez que les enseñan conceptos de negocios”. Los conceptos se presentaban en la dramatización y luego el facilitador se encargaba de desarrollar más los temas abordados. 

Por otra parte, el programa apuntaba al tipo de mujer que trabaja arduamente, pero con escasos medios financieros y que no necesariamente había cursado estudios superiores. La diversidad entre estas mujeres se manifestó en su locación, su background educativo, el sector económico donde operaban, sus edades y el apoyo familiar con que contaban, o si por el contrario ellas eran el sustento. Pero sí las unía el factor común de disponer de muy poco tiempo para dedicar a un programa de entrenamiento. Por eso fue necesario diseñar una propuesta relativamente corta, pero contenedora de los conceptos más relevantes.

Kreiser describe cómo se enfocaron “en algunas de las más significativas lecciones que se pueden enseñar en un tiempo muy limitado, pero si algo hemos aprendido con nuestra labor en Thunderbird es que más allá de geografías o culturas, los seres humanos dedican al menos un breve espacio a tener un momento de dispersión, si hacíamos un programa entretenido, las mujeres vendrían. La telenovela también perseguía ese efecto, pero también convertimos las sesiones de seminarios en eventos donde se servía comida y se regalaban souveniers y se ofrecían premios. Pero logramos transmitir algo que es clave, que ellas aprendieran los pasos básicos de manejar un negocio, y pensaran en sí mismas como mujeres empresarias”.

El programa se realizó a lo largo de casi todo el territorio peruano, donde sea que se podía habilitar un espacio apropiado. La sesiones llegaron a impartirse a alrededor de 200 mujeres al mismo tiempo. Este proceso se combinó con mentoría cara a cara, acceso a micro préstamos y otros recursos de aprendizaje.

El impacto fue evaluado durante el segundo año de funcionamiento del programa, cuando la organización internacional Food Policy Research Institute (IFPRI) condujo un estudio que reveló que aquellas mujeres que habían completado el entrenamiento eran capaces de mantener mejor control sobre la ganancias y las inversiones de su negocio, e incluso algunas ya se designaban a sí misma un salario fijo, separado de los flujos de caja de su empresa.

Teniendo en cuenta las variaciones culturales, económicas, incluso de terreno existentes entre las zonas peruanas, el programa tuvo que ajustar sus sesiones a las necesidades locales. “Tuvimos que adecuar las dinámicas y los mensajes de acuerdo al público, que no era igual en la Región Costa, o Sierra o Selva, pero siempre con el objetivo de fortalecer su capacidad empresarial. Siempre la información tenía que ayudarlas a comprender aspectos que desconocían del negocio, y de ellas mismas, temas que incluso nunca se habían planteado aunque sí las afectaban, como trabajar sin metas claras, tener más seguridad en sí mismas y en sus decisiones, y ganar control sobre el negocio”, indicó Vázquez.

10K women: una certificación tras 150 horas

Uno de los programas de Goldman Sachs es "10 Mil Mujeres", un proyecto de inversión de cinco años enfocado a financiar la educación en management de mujeres que lideran pequeñas y medianas empresas, pero que aún a niveles de bajo desempeño.

Para ello la multinacional ha generado alianzas con más de 80 instituciones académicas y sin ánimo de lucro alrededor del mundo, para que proporcionen entrenamiento a estas mujeres en temas de marketing, contabilidad, desarrollo de planes de negocio y búsqueda de financiamiento. Thunderbird y Universidad del Pacífico son las escuelas que participaron en la implementación de este programa en Perú.

“Esta parte del programa es más específica, dirigida en particular a mujeres al frente de pymes. Este fue un curso intenso, de 150 horas en el aula, para el cual ambas escuelas colaboraron en el diseño de las materias y los contenidos. Pero también complementamos con otros recursos, como facilitar la participación de alumnas de Thunderbird en los pequeños negocios de estas mujeres”, explica Kreiser.

Así, estudiantes de Thunderbird postularon para pasar períodos de prácticas en Perú, adonde fueron a trabajar con las pequeñas y medianas empresarias peruanas y asistirlas en lo necesario, llevar los libros de contabilidad, diseñar e implementar estrategias y acciones de marketing, ayudar a organizar los balances de suministros y ventas. “Para muchas de ellas fue una experiencia transformadora, varias luego de tener la experiencia de compartir con estas emprendedoras y sus familias, expresaron el deseo de enfocar en esa dirección sus carreras, concentrarse en ayudar a personas que realmente las necesitan más que irse a grandes oficinas de Wall Street”.

El proyecto se culmina en Marzo de 2014, luego de cumplir con el propósito de entrenar a más de 100 mil mujeres emprendedoras de Perú, con un gran evento al que asisten personalidades influyentes de todas las instancias participantes y también de Máxima Zorreguieta, Reina de Holanda y asesora especial del Secretariado General de la ONU para las Finanzas de Inclusión para el Desarrollo.

“Hemos contribuido a que cien mil mujeres han tenido acceso a educación, entrenamiento y mentoría, pero también a que se inspiren a comenzar pequeños negocios, en los cuales contraten otras mujeres, y se creen redes de mujeres que se ayuden mutuamente”, concluye Kreiser.

Autores

Jennifer P. Roig