Tras evaluar casi cuarenta elementos, la consultora global Mercer elabora cada año un ránking que analiza las condiciones de vida en más de 200 ciudades del mundo. América Latina ubica tres en el top 100.
La empresa consultora global Mercer realiza anualmente un ranking con las ciudades de mejor calidad de vida en el mundo. En su versión 2015, el estudio consagra a Montevideo (Uruguay, 78) como la mejor en la región. Le siguen Buenos Aires (Argentina, 91) y Santiago (Chile, 93).
La empresa analiza las condiciones de vida de acuerdo a 39 factores agrupados en diez grupos: entorno social y político; entorno económico; entorno socio-cultural; consideraciones médicas y de salud; colegios y educación; servicios públicos y transportes; ocio; bienes de consumo; alojamiento y entorno natural.
Viena (Austria) es la ciudad que lidera el listado general, mientras que en el extremo opuesto se encuentra Bagdad (Irak). El estudio evalúa a 230 ciudades del mundo y sus datos, entre otros usos, permite a las empresas multinacionales contar con información y recomendaciones sobre las condiciones de las ciudades a las que envían a sus empleados.
Otras ciudades latinoamericanas como La Paz (Bolivia) y Caracas (Venezuela) ocupan puestos más bajos: 156° y 179° respectivamente, sumadas a otras como La Habana (193) y Port-au-Prince (228).
En el caso de Buenos Aires, por ejemplo, baja sus evaluaciones, aspecto que -a juicio de los analistas de la consultora- se debe básicamente a la crisis económica que ha impactado de manera negativa algunos criterios, como la dificultad para encontrar bienes de consumo importados.
"El nivel de desempleo también ha contribuido a incrementar la criminalidad en la ciudad”, afirma la ejecutiva Agustina Bellido, de Mercer.
En el caso de Caracas, en tanto, la carencia de alimentos y el aumento en los niveles de criminalidad, así como la alta inflación, provocan una serie de manifestaciones en el último tiempo que la han llevado a bajar su calificación en el ranking global.
Para la consultora, las ciudades de Manaos (Brasil) y Monterrey (México) son consideradas emergentes. En el caso de la ciudad brasileña, se destaca como un próspero centro industrial, ampliando su oferta de bienes de consumo e infraestructura. En la urbe mexicana, el estudio constata una mejora en el contexto de los medios de comunicación y la censura, lo que genera un mejor estado de ánimo en los habitantes.
En este grupo se ubican también otras como Ciudad de México, Quito (Ecuador), Bogotá (Colombia) y Santo Domingo (República Dominicana).
En el panorama global, en tanto, las ciudades europeas continúan ofreciendo un entorno estable para visitantes y habitantes, a pesar de las preocupaciones acerca del crecimiento económico. Viena (1) es seguida por Zurich (2) y las ciudades alemanas Munich (4), Dusseldorf (6) y Frankfurt (7).
Con Ginebra y Copenhague en octavo y noveno lugar, las urbes europeas ocupan siete puestos entre las top 10.
En el extremo opuesto se encuentran Kiev (176, Ucrania), Tirana (180, Albania) y Minsk (189, Bielorrusia). Kiev experimentó una caída considerable en el ranking debido a la inestabilidad política y violencia que vive Ucrania en general.
Asia, en tanto, es la región que posee la mayor variedad de niveles de calidad de vida. Singapur (25) ocupa el puesto más alto y Dushanbe (214°, Tayikistán) se sitúa en el más bajo. Tokio (44) encabeza el listado del este asiático, seguida de Hong Kong (70), Seúl (72), Taipei (83), Shangai (101) y Beijing (118).
En cuanto a Medio Oriente y África, las ciudades mejor evaluadas son Dubai (74) y Abu Dhabi (77), en los Emiratos Árabes. En Sudáfrica, Durban (85) es una ciudad emergente que posee mejor calidad de vida que los tradicionales centros de negocio, como Ciudad del Cabo (91) y Johannesburgo (94), principalmente por las viviendas de alta calidad, innumerables ofertas recreativas y gran disponibilidad de bienes de consumo.
Sin embargo, los problemas de delincuencia de la ciudad no permiten que alcance los primeros cincuenta puestos del ránking.
Para la ejecutiva Agustina Bellido, “las culturas, las sociedades y los climas comparativamente diferentes, así como la inestabilidad política, los altos niveles de delincuencia y la falta de infraestructura son aspectos que afectan cotidianamente la calidad de vida de los ciudadanos".
Slagin Parakatil, director de Mercer, agrega -finalmente- que el estudio identifica también ciudades emergentes que generan condiciones para mejorar sus ubicaciones. "Estas metrópolis las llamamos ‘ciudades emergentes de segundo nivel’ y notamos que están invirtiendo fuertemente para mejorar sus niveles de calidad de vida, atrayendo a mayores visitantes de tipo turístico o a personas que quieran vivir ahí".