El cumplimiento de objetivos, la proactividad, el compromiso con la empresa, junto a otras variables, dependerá si se merece tal ascenso.
Uno de los grandes dilemas en el mundo laboral es definir el momento en el cual pedir un ascenso. Sin embargo, según los expertos en Recursos Humanos de la Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia, este asunto no se resuelve en una única conversación con tu jefe sino que exige una estrategia a largo plazo.
En ocasiones, los ascensos en las empresas requieren de gestiones más complejas que, por ejemplo, aprobar un aumento de sueldo puesto que un ascenso significa un aumento de responsabilidades y, en consecuencia, que la persona asuma temas más importantes y estratégicos para la organización.
Demostrar que te lo mereces no es algo que se trata en una conversación. Al igual que el aumento de sueldo, el empleado debe demostrar que lo merece. El cumplimiento de objetivos, la proactividad, el compromiso con la empresa, junto a otras variables, dependerá si se merece tal ascenso.
Sin embargo, según los profesionales, la promoción interna no siempre es viable en la mayoría de los casos por que los trabajadores buscan nuevas oportunidades de ascenso a través de la inscripción en ofertas de otras compañías.
Asumir un ascenso requiere de nuevas y diferentes habilidades. Algunas empresas cometen el error de ascender a una persona sólo por el hecho de haber cumplido satisfactoriamente con sus responsabilidades cuando no cuenta con las capacidades necesarias para gestionar de forma eficiente el nuevo puesto. Esto puede llegar a significar el fracaso de este nuevo desafío.
¿Cuáles son por tanto las habilidades y capacidades que debemos reunir para asumir con éxito nuestro ascenso?
Habilidades sociales: una persona con mayores responsabilidades tendrá que relacionarse con más personas, asistir a numerosas reuniones, analizar temas estratégicos, dar nuevas ideas, etc. Se espera que esta persona comunique y retroalimente a su entorno deficiencias o aspectos críticos a mejorar.
Capacidad de Organización: una persona organizada será idónea para asumir nuevas tareas, ya que una promoción trae mayores y más complejas responsabilidades. Es fundamental entonces organizar bien el tiempo, sobre todo hasta que nos hacemos con el control de las nuevas funciones.
Autocontrol: ningún jefe pensará en promocionar a una persona que no tiene control de sus emociones, ya que un trabajo más complejo demanda mayor carga laboral, responsabilidades y, por ende, más probabilidades de entrar en pánico. Cuando se logra un ascenso debemos asumir que es normal demorarse y cometer errores que, con el paso del tiempo, se desaparecerán.
Responsabilidad: más que una habilidad, la responsabilidad es un valor que se debe demostrar desde un principio. Una persona que no demuestre compromiso con sus labores difícilmente logrará un ascenso.
Al igual que ocurre con los aumentos salariales, en el momento de valorar un ascenso se debe tener en cuenta la gestión, los logros obtenidos y resultados esperados por la organización, las responsabilidades a cargo, e, incluso, en ocasiones el tiempo trabajado en la empresa.
Javier Caparrós, director general de Trabajando.com España, señala que “si trabajas en una mediana o pequeña empresa con pocas posibilidades de promoción, no te debes deprimir. Conversa con tu jefe para que tu puesto sea más desafiante ya que lo importante es que aprendas lo que más puedas”, señala. “Más que preocuparse por lograr un ascenso, céntrate en aprender nuevas cosas y ganar experiencia. Esto te permitirá con el tiempo mejorar tu CV y hacer de ti un profesional mucho más competitivo”, añade Caparrós.
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