Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la pérdida de capacidades reproductivas en la mujer sucede entre los 47 y los 50 años, se trata de un proceso que afecta a cada una de ellas en forma diferente.
Aunque a nivel popular la "menopausia" y "climaterio" se utilizan como sinónimos, lo cierto es que se trata de conceptos distintos. Relacionados, pero distintos.
Según explica el ginecólogo chileno Daniel Flores "la menopausia se relaciona exclusivamente con un momento específico de la mujer: la última menstruación. El climaterio, en tanto, se refiere a los síntomas que pueden estar presentes en este proceso de pérdida de capacidades reproductivas y cuya magnitud son claramente variables".
El climaterio se expresa de manera distinta en cada caso. Se trata de síntomas que pueden aparecer y que, dependiendo de su intensidad, pueden alterar la calidad de vida de las mujeres. Mientras para algunas pueden ser profundos y constantes, para otras pueden ser absolutamente irrelevantes.
No existe un patrón definido que determine eso, aunque probablemente haya una cierta tendencia familiar: si una madre tuvo un climaterio florido, probablemente la hija también.
Los síntomas vasomotores, es decir, bochornos y sudoración nocturna, parecen tener relación con la respuesta de las neuronas del centro termorregulador a los niveles hormonales. Uno de los aspectos que más preocupa con el climaterio es el de la calidad de vida de las mujeres.
El doctor Flores subraya que se trata de un punto que está siendo bien estudiado, especialmente a través de cuestionarios o preguntas a cuyas respuestas se les va asignando cierto puntaje (score) para tratar de cuantificar el impacto.
Existe una escala médica que se llama MRS relacionada con calidad de vida y climaterio, en la que se evalúan diez ítemes que permiten evaluar de manera más cercana y concreta.
Principalmente, se consideran aspectos relacionados a síntomas vasomotores (bochornos, sudor nocturno); de la esfera sexual (sequedad vaginal, falta de deseo sexual); molestias osteomusculares (dolor articulaciones, dolores de cuerpo), relacionadas con el ánimo (depresión); y síntomas urológicos (aumento en la frecuencia miccional, dolor en la micción).
Por eso, un tratamiento médico integral y una actitud participativa de la paciente y su entorno entregan buenas perspectivas al tratar este tema. La ginecóloga chilena Ruby Valdivia afirma que "las terapias hoy se adaptan a la realidad de cada paciente, no existen terapias generalizadas.
Y si a ello se suma, por ejemplo, la participación de la pareja en términos de apoyo y contención, los resultados son profundamente positivos. Una vida normal es posible. Hay que considerar que la población en Chile vive más años y la sexualidad forma parte importante en la calidad de vida".
La principal causa de la menopausia es el descenso de la producción hormonal en los ovarios, especialmente estrógeno y progesterona, vitales en la reproducción. Debido a esto las mujeres pierden músculo y aumenta la grasa corporal, principalmente en el área abdominal.
Como el músculo es la masa metabólicamente activa, al perder músculo se ralentiza el ritmo metabólico y se pierde menos energía. El estilo de vida también contribuye: en general las mujeres a partir de los 50 años tienden a ser menos activas y comer más calorías de las que necesitan.
El aumento de peso está relacionado con problemas de salud como colesterol alto, hipertensión y resistencia a la insulina que facilita el desarrollo de diabetes. También aumenta el riesgo de cáncer de mama con el aumento de peso.
Si se suben más de diez kilos después de la menopausia, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama en un 20%. Y, al contrario, si se pierde peso el riesgo de cáncer de mama disminuye.
Los médicos hoy enfrentan este cuadro femenino con mayor amplitud que en décadas anteriores. "Actualmente aplicamos una visión multidisciplinaria e integrada que nos permite estar más preparados. No sólo con tratamientos de sustitución a base de estrógenos y progesterona, sino que también desde una perspectiva psicológica o abordando el tema en pareja", explica la doctora Valdivia.
Para la psicóloga argentina Carolina Pérez es importante subrayar que el climaterio "no es una enfermedad", sino que un nuevo ciclo. En esta etapa dice que resulta importante "incorporar el ejercicio físico, pues permite el fortalecimiento de la masa ósea, acelera el metabolismo y eleva mucho el estado de ánimo, ya que secreta endorfinas".
También sugiere hacer cambios en los hábitos de alimentación, aumentando frutas y verduras, reducir el consumo de grasa saturada, pescado (por su aporte de omega 3), aceite de oliva y frutos secos.
"En algunas mujeres la situación puede llevar al consumo excesivo de alcohol, café, drogas o psicofármacos, dentro de un contexto en el que conflictos de orden psicológico que estaban latentes pueden evidenciarse, como la depresión, la ansiedad, la sensación insatisfecha a nivel de lo laboral, familiar o autoestima baja", dice la experta.
La dieta del climaterio
La reconocida nutricionista mexicana Blanca Topete desarrolló una dieta que busca evitar una crisis metabólica de la edad. Se trata de ocho pasos que apuntan a mantener un equilibrio alimenticio y una buena obtención de nutrientes.
- evitar alimentos procesados y optar por los naturales.
- aumentar el consumo de vegetales, frutas y cereales integrales.
- consumir pescado, atún, sardinas o salmón 1 ó 2 veces por semana.
- incluir 2 a 3 lácteos desnatados al día para un buen aporte de calcio.
- evitar platos fritos y optar por cocciones ligeras como horno, plancha, vapor, parrilla, etc.
- controlar el consumo de grasas animales y dar preferencia a las grasas vegetales como aceite de oliva, frutos secos, palta.
- moderar el consumo de azúcares simples, postres y dulces.
- contemplar la posibilidad de introducir soja y sus derivados en la dieta, son ricos en estrógenos vegetales que pueden ayudan a atenuar los síntomas de la menopausia.