Este tema ha cobrado mayor relevancia en Chile desde el estallido social, donde el número de chilenos despedidos aumentó considerablemente.
Una de las tareas más complejas para las empresas, es la desvinculación de sus colaboradores, ya que inevitablemente altera el funcionamiento habitual de los equipos de trabajo y el clima laboral. Este tema ha cobrado mayor relevancia en Chile desde el estallido social, donde el número de chilenos despedidos aumentó considerablemente.
De acuerdo con el reporte de la Dirección del Trabajo en Chile, entre el 18 de octubre y el 13 de diciembre de 2019 las desvinculaciones por “necesidades de la empresa” llegaron a más de 110 mil desde el inicio de la crisis. En tanto, sólo en los primeros 13 días del último mes del año, los despidos por esta causa ascendieron a 35.836, cerca del promedio mensual de 40.313 que hubo entre enero y septiembre.
Patricio Reyes, experto en cambios conductuales de la OTEC R-Yes, explica que “los acontecimientos ocurridos, además de la incertidumbre y ansiedad frente al futuro laboral, mantienen alerta a gran parte de la población. En ese sentido, quienes pierden su fuente laboral son quienes necesitan mayor contención, y las empresas tienen una misión importante en cuanto a preservar el bienestar de sus colaboradores, sobre todo en materia de salud mental”.
Por su parte, Benjamín Wechsler, experto de la empresa de reclutamiento de media y alta gerencia Spring Professional, explica que esta situación no sólo afecta a quienes son desvinculados, ya que la gente que queda en la empresa también se pregunta si su empleo correrá peligro. “Es importante transmitir a esos colaboradores qué está pasando y qué ajustes se deben hacer para buscar el bien mayor. Las compañías herméticas que no comunican, generan mucha más incertidumbre entre los trabajadores y eso termina afectando negativamente en el clima laboral”.
Al mismo tiempo, los especialistas señalan que un aspecto clave es mantener una comunicación directa, ya que perder el trabajo es un tema sensible. “Las jefaturas deben ser empáticas, ya que muchas veces esas personas tienen familias que dependen de ellas. El despido es siempre la última vía que una organización quiere tomar, por lo que una buena manera de evitarlos es plantear nuevas ideas y aportes junto a los colaboradores, ya sea disminuyendo costos, aumentando los esfuerzos, potenciando las ventas, entre otras acciones”, comenta Wechsler.
En tanto, en aquellos casos donde los despidos son inevitables, existen opciones para ayudar a quienes pierden su fuente de trabajo. ”Por ejemplo, el Post-Contrato de capacitación vía Franquicia SENCE, se realiza al término de la relación laboral y permite desarrollar competencias y habilidades y empleabilidad para un nuevo trabajo, y procurando de esta forma que el período de desempleo sea lo más reducido y productivo posible”, explica el experto de R-Yes.
Siguiendo esa misma línea, Benjamín Wechsler comenta que “es clave manifestarles que se puede dar un eventual apoyo, como referencias, alguna carta de recomendación y dar la seguridad para poder afrontar la transición laboral”.
Finalmente, el experto afirma que lo primero es entender que actualmente estamos viviendo un momento difícil como país, lo cual genera un primer shock. Sin embargo, es esperable que la economía se vaya auto regulando y distintos sectores necesiten nuevamente personas trabajando. “Entendiendo que marzo es el momento donde las compañías tienen que estar funcionando al 100%, el verano será un buen momento para volver a emplearse”, concluye.