Desde la fase de preparación hasta el momento de la presentación, ciertas acciones hacen que ésta se destaque.
Piense en la siguiente situación: usted necesita preparar una conferencia que será responsable de la realización del curso o para ser contratado en un nuevo empleo. ¿Qué hace?
Además de material de apoyo, es necesario tener una postura convincente, habla de forma objetiva, clara y transmitir al público la seguridad de que usted sabe de lo que está hablando. ¿Parece difícil? Michel Soares, especialista en oratoria, explica cómo hacer eso de manera provechosa y con buenos resultados.
"La primera cosa que se debe hacer antes de todo es preguntarse sobre cuál es el asunto del que hablará, lo que usted quiere que las personas aprendan y el objetivo de la presentación. Digo esto, porque las personas sólo creen en el conferenciante cuando perciben que les está hablando con propósito, defendiendo una causa o idea. ¿Sabe responder esas preguntas?", interroga Soares.
Además, el especialista recuerda que una buena presentación se construye a partir de dominar el tema del cual se hablará. "Cuando le apasiona el tema o lo domina a la perfección, la persona se vuelve capaz de posicionarse y tener la confianza necesaria para conducir con maestría una presentación para pocas personas", explica.
Es importante también conocer bien al público para el que se hablará. "Con ese conocimiento, usted podrá adaptar su presentación específicamente para el público. ¿La presentación permite bromas? ¿Clips de cine? ¿El uso de diapositivas es la mejor opción? Piense en quiénes son las personas que van a escucharlo. ¿Qué deben aprender o asimilar luego de su presentación?", explica Soares.
Para transformar una presentación "común" en una "diferenciada, apueste por lo sorprendente. "Eso mismo, sorprenda a las personas. Puede ser por medio de datos impactantes -verídicos, por supuesto- contando alguna historia, etc. Entrene antes con personas conocidas y perciba lo que más captura su atención", dice el especialista.
Otro punto importante es hablar en un buen tono de voz y construir una pauta sobre lo que será dicho. Las presentaciones que sólo "juegan" son agotadoras y poco productivas. "Por eso, haga una introducción precisa que ejemplifique lo que usted quiere transmitir", comenta Soares.
Más allá de su postura, el material de apoyo también ayuda a la hora de mantener la atención del público. Presentaciones con letras muy pequeñas y sin imágenes, por ejemplo, genera que las personas no presten atención. "Utilice la tecnología a su favor. Hoy es posible hacer material de apoyo. Al final de las presentaciones, proporcione su contacto y deje espacio para preguntas, elogios y críticas", concluyó Soares.
