El líder conservador David Cameron se reunió por más de una hora con Nick Clegg, del Partido Liberal Demócrata, para evaluar el primer gobierno de coalición desde la década del ‘70. Las conversaciones continuarán este domingo.
Londres. Los líderes de la oposición británica de conservadores y liberales demócratas se reunieron por más de una hora este sábado, en un intento por destrabar el punto muerto que dejaron en el Parlamento las elecciones de la semana pasada.
El Partido Conservador, de David Cameron, ganó buena parte de los asientos legislativos en los comicios del jueves, pero no logró una mayoría y está buscando el apoyo del Partido Liberal Demócrata, de Nick Clegg, para terminar con 13 años en el poder de los laboristas.
Los partidos están bajo presión por alcanzar alguna clase de acuerdo antes de que se forme el nuevo Parlamento y los mercados financieros están empezando a ponerse impacientes a la espera de señales de medidas decisivas para combatir el déficit presupuestario récord de Gran Bretaña, que asciende a más de 11% del Producto Interno Bruto del país.
Cameron y Clegg se reunieron por unos 70 minutos en Londres, dijeron los liberales demócratas. Los conservadores confirmaron el encuentro.
"El encuentro fue amistoso y constructivo y sus equipos se reunirán mañana (domingo), como es esperado", dijo un portavoz de los liberales demócratas. Las negociaciones están previstas para las 11.00 hora local (1000 GMT).
Un portavoz conservador indicó que era poco probable un acuerdo para este lunes, destacando que los nuevos miembros conservadores del Parlamento, que serán informados sobre las negociaciones, no se reunirán hasta el lunes por la noche.
Una ajustada contienda electoral produjo la primera elección sin una mayoría absoluta en el Parlamento desde 1974. Los votantes desplazaron al primer ministro Gordon Brown al segundo lugar, pero no le dieron a Cameron la mayoría que esperaba.
Compromiso inevitable. Cameron envió una nota a sus simpatizantes antes de que se conociera su encuentro con Clegg en la que decía que los conservadores podían ceder terreno, como en una reducción de impuestos a los más pobres.
"Inevitablemente, estas negociaciones involucrarán compromisos", escribió Cameron. "Espero que podamos resolver las cosas lo antes posible, por el bien del país, pero no nos apuraremos para lograr un acuerdo", agregó.
El mayor obstáculo para un acuerdo es una reforma electoral, una larga ambición de los liberales demócratas, quienes se verían beneficiados si Gran Bretaña cambiara sus sistema actual en el que el ganador de un distrito se lleva todas las bancas por otro proporcional.
Los conservadores se oponen fuertemente a un cambio de ese tipo.
El líder de los Liberales Demócratas, Nick Clegg, sostuvo una serie de reuniones el sábado con miembros de su partido para buscar su respaldo para un posible acuerdo.
Los mercados financieros, ya sacudidos por una crisis de deuda en Grecia, quieren que el nuevo gobierno se forme pronto para que pueda comenzar a reducir el déficit con rapidez y determinación.
La libra esterlina, los bonos del Tesoro británico y la bolsa cayeron el viernes cuando quedó en evidencia que los conservadores no tendrían la mayoría en el Parlamento, pero recuperaron pérdidas anteriores por la perspectiva de un posible acuerdo con los liberales demócratas.
Brown sigue siendo primer ministro, atento a un acuerdo de gobierno en el nuevo Parlamento, y dijo que conversará con los liberales demócratas sobre una alianza en caso de que sus negociaciones con los conservadores fracasen.
Clegg debe superar el escepticismo de una importante cantidad de liberales demócratas, quienes temen que el tercer partido de Gran Bretaña se va obligado a sacrificar muchas de sus preciadas políticas en un acuerdo.
Varios cientos de manifestantes cantaban fuera de la sede de los liberales demócratas, instándolos a impulsar reformas de un sistema electoral que favorece a los dos mayores partidos.
Clegg dijo el sábado que cuatro áreas esenciales de impuestos, educación, recuperación económica y reforma política estaban en juego.
"Son precisamente esos cuatro cambios que nos guiarán en las conversaciones próximas", declaró.
Acuerdo. Cameron dejó abierto el formato de una alianza cuando el viernes ofreció trabajar con los liberales demócratas.
Este podría ser una coalición, algo extraño en Gran Bretaña, pero es más probable que involucre un acuerdo a través del cual los liberales demócratas accedan a respaldar a un gobierno de minoría liderado por los Conservadores, aplicando un programa legislativo negociado a cambio de concesiones.
Otro obstáculo grande es acordar el ritmo en que se reducirá el déficit presupuestario. Los conservadores han prometido comenzar a reducirlo inmediatamente, pero los liberales demócratas advirtieron que esto podría dañar la recuperación del país de una profunda recesión en el 2008 y 2009.
La inmigración, el papel de Gran Bretaña en la Unión Europea y la defensa también serían obstáculos.
Si las negociaciones entre los liberales demócratas y los conservadores fracasan, es posible un acuerdo entre los partidarios de Clegg y los laboristas, aunque sería más difícil dado que los dos partidos juntos no lograrían obtener una mayoría absoluta en el Parlamento.