El multimillonario creador de Facebook reencendió polémica sobre las vacunas al postearse en la sala de espera con Máxima, su pequeña hija, esperando ser inyectada.
¿Comer lleva por sí mismo a la muerte? Nadie que hubiera vivido antes de 1820 en Europa y las Américas consideraría ni un poquito así de sensata tal pregunta. Las hambrunas eran reiteradas y morir de hambre era una posibilidad tan real como universal (hoy ello sólo ocurre en África subsahariana). Del mismo modo, nadie que haya sido padre o madre, antes de 1960, consideraría sana de cabeza la interrogante ¿las vacunas producen autismo y muerte? En efecto, hace medio siglo ocurrieron las últimas epidemias -de poliomelitis, por ejemplo- que mataron o dejaron inválidos a miles y miles de niños en todo el planeta.
Los tiempos y la expansión de las expectativas de vida han cambiado esto último. Hoy, millones de personas eligen no vacunar a sus hijos, imaginando que sustancias –reales o imaginarias– contenidas en las vacunas (como derivados del mercurio y aluminio) provocan condiciones como el autismo o la muerte. Si bien es cierto que vacunas en mal estado y otras en buen estado han provocado condiciones críticas e incluso la muerte, esto se ha debido a que interactúan con algunos sistemas inmunológicos que reaccionan de manera muy inusual. Aun así, lo cierto es que millones de personas le deben su vida y salud a ellas. E, igualmente, que no existe evidencia seria ninguna que correlacione autismo y vacunas.
Aun así, el miedo puede más que la razón. Ello explica por qué la fotografía del magnate de Facebook, Mark Zuckerberg, con su hija Máxima esperando en un dispensario que le apliquen unas vacunas, derivó en 88.000 comentarios en la red social.
La mayoría de ellos denostando o advirtiendo al ejecutivo de los males a los que sometería a la pequeña, incluso insultándolo por escribir: "Doctor's visit -- time for vaccines!" (“Visita al Doctor: ¡tiempo de vacunarse!”).
Afortunadamente, más de 1,2 millones de personas pusieron “Me gusta” al mismo post, de lo que cabe deducir que (a menos que sean personas que le desean la desgracia a Zuckerberg) están de acuerdo con la utilidad de la inmunización.