Convento de San Francisco: un tesoro artístico y religioso en Lima
Lunes, Diciembre 19, 2016 - 10:08
Durante el siglo XVII, el templo fue objeto de una serie de arreglos y decoraciones que terminaron por convertirlo en una maravilla del arte.
Una de las bibliotecas más bellas y antiguas del mundo, así como famosas obras pictóricas de los talleres de Rubens y Zurbarán, se exhiben en Lima como parte de la visita turística al convento de San Francisco, en pleno centro de Lima, donde se albergan verdaderos tesoros del arte religioso y la cultura universal.
Durante varias horas, Agencia Andina recorrió diferentes ambientes de este recinto religioso y comprobó que no solo destacan sus famosas catacumbas, donde descansan los restos de más de 25,000 personas, sino también su impresionante biblioteca e inmensos cuadros al óleo sobre lienzos.
Junto a las bibliotecas de la abadía de Admont (Austria) y la del monasterio de Strahov (República Checa), la que alberga el convento de San Francisco es considerada por webs de viajeros como una de las más bellas del mundo. Contiene cerca de 25,000 volúmenes que incluyen raras ediciones Aldinas, Elzevirianas y Plantinianas, además de valiosos incunables y crónicas franciscanas de los siglos XV y XVIII respectivamente.
También custodia un Atlas de mediados del siglo XVII, el primer Diccionario editado por la Real Academia de la Lengua Española, la célebre “Biblia Regia” editada en Amberes en 1572 y más de 6,000 pergaminos. Igualmente, numerosas obras de jesuitas, agustinos, benedictinos y carmelitas traídas de Europa y que versan sobre filosofía, teología, historia, literatura, música, escritas en latín, español, francés, portugués, italiano, etc.
Desde la construcción del convento en 1546, el diseño interior de la biblioteca se mantiene igual, con anaqueles de dos pisos con dos barandas colocadas una frente a otra y ligadas a un par de escaleras de caracol trabajadas en madera de cedro. Sobrevivió al terremoto de 1746, pero después del sismo del 15 de agosto del 2,007 fue necesario el resane de las grietas de las paredes y la restauración del techo que corría peligro de colapsar.
Obras de pintores célebres
Sin necesidad de viajar hasta el museo del Prado, en Madrid, o al del Louvre, en París, los peruanos tenemos en San Francisco la oportunidad de disfrutar de las obras de arte barroco del siglo XVII de afamados pintores europeos como Pedro Pablo Rubens, quien dirigió a sus alumnos para ejecutar los 11 lienzos de la serie “La Pasión de Cristo”, de 3 metros de alto x 2 de ancho, colgados en las paredes de la denominada sala de Profundis del convento.
En estas pinturas se observa la técnica llamada “luz de cueva”, la cual consiste en iluminar al personaje central, en este caso Jesús, para ser resaltado. En general todas ellas son de gran ejecución, armonía de color y gran expresión en sus personajes, un toque único del maestro Rubens, quien estuvo influenciado por maestros de la talla de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Tiziano.
La misma majestuosidad a la vista ofrecen los lienzos del taller del maestro español Francisco de Zurbarán, que representan a los apóstoles de Cristo y que están distribuidos entre la sacristía y el refectorio del convento de San Francisco.
A esto se suma la gran cantidad de pinturas barrocas de los siglos XV, XVI y XVII, así como de la escuela cusqueña de autoría anónimos, que se pueden apreciar en los diferentes ambientes de este majestuoso convento franciscano.
En este tour religioso, el visitante ingresa a una pieza rectangular de 22 metros de largo por 12 de ancho, donde se conserva una impresionante sillería coral barroca del siglo XVII, tallada en cedro traído de Costa Rica. Un amante de la historia de la iglesia se siente automáticamente transportado hasta el siglo XIV, a la abadía benedictina que es descrita en la obra de Umberto Eco “El nombre de la rosa”.
Al observar los 130 asientos, preciosamente tallados y grabados en altorrelieves que representan a mártires, santas y santos de las tres órdenes seráficas, así como querubines, flores y diferentes animales, uno parece escuchar los cantos gregorianos que ahí se interpretaban hace 400 años. En medio de la sala hay un bello facistol giratorio en madera de cedro en donde se colocaban los inmensos libros corales para que los sacerdotes lean las notas musicales escritas con grandes letras sobre pergamino (piel de res).
Historia del convento de San Francisco
Este conjunto de recintos religiosos, de corte neoclásico y barroco, fue levantado en 1546. Durante el siglo XVII, el templo fue objeto de una serie de arreglos y decoraciones que terminaron por convertirlo en una maravilla del arte en la época virreinal.
Su construcción no era en aquel tiempo muy sólida, por lo que, en 1614, el arquitecto y obrero mayor del convento, fray Miguel de Huerta, advirtió que los pilares del templo tenían escasos cimientos y estaban colocados sobre cascajo.
El 4 de febrero de 1655 ocurre un terremoto en Lima que trajo abajo el templo franciscano, destruyendo sus incalculables riquezas artísticas, viniéndose abajo todo el esfuerzo de un siglo.
Francisco de Borja, comisario general de la orden franciscana, contrató los servicios del arquitecto portugués Constantino de Vasconcellos, quien realizó los planos y del alarife limeño Manuel Escobar, para encargarles que edificaran un nuevo Templo, en el mismo sitio.
El nuevo templo fue inaugurado con gran pompa el 3 de octubre de 1672, continuándose las reparaciones en el interior del convento hasta 1729.
En la actualidad, el convento presenta atractivos, conjuntamente con sus notables patios y jardines, que están rodeados de arquerías con zócalos de azulejos sevillanos. Los visitantes pueden acudir de lunes a domingo de 09:00 horas hasta las 20:00 horas. La tarifa para adultos es 10 soles, estudiantes 5 soles y niños 1 sol.