Conviviendo con tóxicos: los productos dañinos en la vida cotidiana
Lunes, Agosto 29, 2016 - 11:24
Cosméticos y juguetes tóxicos, el hogar y la oficina. Las posibilidades son prácticamente infinitas y amenazan a todos.
Es lunes. Todos comienzan con su rutina. Algunas personas van a la oficina y otras, como las amas de casa, hacen el aseo, lavan la ropa y ponen insecticida en los rincones. Estas actividades, que son normales en nuestro diario vivir, podrían estarnos envenenando poco a poco.
En la actualidad, a partir de que nacemos estamos expuestos a cientos de sustancias químicas. Las personas están en todo momento a situaciones de riesgo al estar en contacto con sustancias químicas en el trabajo o incluso en nuestras casas, explica Omar Arellano Aguilar, profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
En una oficina por ejemplo, se podría pensar que no estamos expuestos a nada, sin embargo, existe un fenómeno llamado el Síndrome del Edificio Enfermo, y esto se refiere al hecho de que una persona pasa más de ocho horas laborando dentro de una oficina.
Dentro de esa oficina, refiere, hay muebles que fueron pintados con lacas o pinturas solventes que con el paso del tiempo se van degradando y poco a poco van liberando sustancias químicas, compuestos orgánicos volátiles como toluenos, cloroformos, compuestos clorados, entre otros.
Entonces, una persona que pasa ocho horas diarias o más durante 20 años de su vida en esa oficina, podría comenzar a padecer algún tipo de alergia o una enfermedad más grave.
Otro punto de riesgo, son los sistemas de ventilación, es decir los extractores de aire y los aires acondicionados, en los que si no hay un mantenimiento adecuado acumulan grandes cantidades de polvo, esporas y ácaros que causan padecimientos como dolores de cabeza, enfermedades respiratorias, alergias y problemas en la piel a quienes pasan largos períodos de tiempo entre estos aparatos, menciona el universitario.
Pero eso no es todo. Investigaciones científicas han demostrado que quienes pasan mucho tiempo en lugares u oficinas con luz artificial y en donde además no hay vista al exterior como vegetación o simplemente no es posible darse cuenta si es un día nublado o soleado por el encierro, pueden llegar a desarrollar depresión debido a la falta de contacto con la naturaleza.
Veneno en la casa
Los tóxicos en el hogar es otro tema a valorar. Actualmente, nos hemos hecho dependientes de una infinidad de productos químicos para la limpieza de la casa, el control de insectos no deseados, y otros artículos que aunque parecen inofensivos terminan por hacernos daño.
Así, dentro del hogar tenemos limpiadores de amonio que al mezclarlos con cloro genera una reacción química, vapores tóxicos que pueden causar irritaciones por inhalación o si entra en contacto con los ojos. Esto poca gente lo sabe, por lo que es un riesgo utilizar ambos productos juntos sin la debida prevención.
También están los productos clorados que en contacto con el agua o utilizándolo en grandes cantidades pueden ocasionar algún tipo de alergia al desprender un compuesto llamado cloramina, y si el lugar en donde se usa no tiene ventilación suficiente puede provocar alergias e irritación en la mucosa, en los ojos y en la piel, menciona Omar Arellano.
Además, si se manipula continuamente, es posible que origine problemas más graves de salud como algún tipo de cáncer.
En Estados Unidos, menciona el investigador, se detectó que algunos juguetes provenientes de Asia contenían plomo, por lo que ahora existe una regulación muy estricta al respecto. En el tema de los cosméticos también ha habido una alerta por parte de organizaciones internacionales que muestran que hay cremas aclaradoras de piel que contienen ese tóxico.
Omar Arellano recomendó no mezclar los productos corrosivos con los inflamables, por ejemplo, sosa con contenedores de gas, los cloros con los fertilizantes; también evitar que los insecticidas se derramen sobre nuestra piel o puedan tener contacto con los niños.