El mandatario ecuatoriano criticó a la justicia por cambiar la categoría del delito de fraude a falsificación. Es una "herejía jurídica", señaló.

Quito. La deuda de los ex propietarios del Filanbanco, William y Roberto Isaías, con el Estado ascendería a $776.8 millones. Así lo indicó el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante una entrevista concedida a Canal Uno, el jueves.

El Jefe de Estado rechazó las declaraciones recientes del ex gerente de la desaparecida Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), Carlos Bravo, quien aseguró que no ha servido para nada la incautación de los bienes de los Isaías.

Para el mandatario, la opinión de Bravo responde más a una reacción visceral y al odio que siente por los ex propietarios del Filanbanco antes que a un criterio técnico y ajustado a la verdad. “Tenemos 200 empresas de los Isaías por un valor de $600 millones, los ingresos desde que las incautamos son para el pueblo ecuatoriano (…) Decir que las incautaciones no han servido para nada es una barbaridad”, señaló Correa.

El mandatario ecuatoriano explicó que los ingresos que se generan por el manejo de las empresas y otras propiedades incautadas sirven precisamente para que el principal acreedor del Filanbanco, es decir el Estado, pueda recuperar parte de los recursos que se destinaron al salvataje de esa institución financiera.

Las cifras procesadas por las instituciones incautadas señalan que son $477.3 millones los que se deben por concepto de capital o también denominado hueco patrimonial. A esto hay que sumar $300 millones de intereses, calculados con una tasa del 5,6%, desde el 2 de diciembre de 1998 hasta el 31 de diciembre de 2009, reiteró el Presidente Correa.

Finalmente, Rafael Correa rechazó el fallo judicial que en este mismo caso emitieron tres conjueces de la Corte Suprema de Justicia en el sentido de cambiar el delito de peculado del que se acusa a los Isaías, por otro de falsificación de documentos, calificó a este fallo como una “una herejía jurídica”.

“Es una monstruosidad que está a la vista de todo el pueblo ecuatoriano (…) Y ante algo tan burdo y tan evidente no podemos dejar de pronunciarnos”, concluyó, según declaraciones reproducidas por Confirmado.