La agilidad permite conocer mejor a los clientes, empoderar a los empleados y mantenerse ante las crisis.
Estos seis meses de crisis por el COVID-19, han puesto a prueba a las empresas, que de forma radical han cambiado sus estrategias para poder sobrevivir, pero ¿qué se necesita? La clave está en ser ágil o, mejor dicho, desarrollar mindset agile.
Johnny Ordóñez, enterprise agile coach de everis, explicó que la agilidad es una forma de pensar con el cliente como centro, generando productos que den valor a las necesidades, deseos y lo que requieren. Más allá de construir un producto, es comprender que la base son las personas e interacciones.
“La clave de éxito de cualquier iniciativa y un producto exitoso siempre estará en las personas que lo construyen o colaboran, en cómo son autónomos, cómo rompen los hilos de información y trabajan para entregar este valor”, expuso durante la presentación del estudio sobre mindset agile realizada por everis y MIT Technology Review en español.
Frank Muñoz, director del Centro de Excelencia Ágil en everis México, detalló que la agilidad es una prioridad para las empresas, y la crisis es un buen momento para impulsarla. La banca, telecomunicaciones e incluso las cerveceras, son las que más prácticas de mindset agile están implementando.
Expuso que al analizar a empresas de seis países de Latinoamérica, México destacó por ser de los de mayor adopción del mindset agile, sobre todo durante la pandemia.
Si bien 55% de los encuestados aún considera que tiene poca participación en proyectos de agilidad, el panorama es bueno a diferencia del 2019, cuando la cifra era mayor. De los proyectos que se llevan a cabo en la organización, 25% se desarrollan bajo metodologías ágiles como Scrum o Kanban.
Asimismo, 10% siente que tiene un mejor nivel de madurez en mindset agile, un crecimiento de 8% en comparación con el año pasado. Para ayudarse a implementarlo, 58% recurre a asesoría externa.
Sobre los presupuestos, 37% se destina a métodos ágiles, un crecimiento favorable comparado con el último registro en 2017, cuando la cifra era de sólo 7 por ciento.
Durante la pandemia, la agilidad ha sido una ventaja competitiva, pues más del 90% de empresas que la emplean se adaptaron más rápido y mejor a la crisis, pensaron mejor sus decisiones, replantearon objetivos y se desarrollan mejor ante la competencia.
Beneficios y retos
Muñoz explicó que la agilidad permite entender verdaderamente al cliente y lograr que confíe en la organización, así como atender más el proceso entre el lanzamiento del producto y cómo es consumido.
A nivel interno, se reducen tiempos de los procesos, hay mayor enfoque en el valor a generar y no el dinero, mejora el entorno colaborativo, hay mayor compromiso, empoderamiento y sentido de pertenencia.
El reto está en no saber cómo hacer el escalamiento de la agilidad, la jerarquización, sobre todo en la cultura mexicana, donde el funcionamiento de la organización está muy ligado a los jefes; y el talento, ya que hay deficiencia en encontrar al adecuado, por lo que las empresas capacitan a sus empleados.
"Adoptar la agilidad significa transformar desde dentro la organización, no es un tema cosmético. Hay que trabajar el liderazgo de los diferentes niveles”, finalizó.