En diciembre pasado también se rompió récord en el número de despidos estacionales, con más de 382.000 puestos de trabajo cancelados.
Producto del estancamiento económico del 2019, la creación de empleo formal en el gobierno de Andrés Manual López Obrador comenzó a la baja. A lo largo del año, las altas laborales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cayeron 48.2%, a 342.077 plazas, con lo que el 2019 se convirtió el año más débil en generación de empleo desde el 2009 —año en que la economía se contrajo 5,3%—, cuando se perdieron 171.713 empleos.
En cifras redondas, el año pasado se generaron casi 319.000 empleos menos que los creados en el 2018 y casi 460.000 menos que los observados en el 2017, el mejor año para el empleo formal del sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto.
Como colofón de la debilidad en la demanda de fuerza de trabajo a lo largo del año, el último mes del año se convirtió también en el diciembre con la mayor cantidad de despidos estacionales desde que se tiene registro, pues los patrones dieron de baja a 382.210 trabajadores.
En términos relativos, esto significó que se canceló 53% de los 724,287 empleos que se habían generado de enero a noviembre del 2019. Este porcentaje es el mayor desde el 2003 (sin considerar los años de crisis económica), cuando en diciembre se dio de baja a 89% de las plazas que se generaron de enero a noviembre de ese año.
Debido a factores estacionales, cada año se cancelan empleos formales, pero el promedio de la última década es de 286.000 puestos de trabajo o 31% del empleo generado hasta noviembre, medido en términos proporcionales.
Al 31 de diciembre del 2019 se encontraban registrados ante el IMSS 20 millones 421.442 puestos de trabajo, cifra 1.7% superior a la observada un año antes. Esta tasa de crecimiento interanual del empleo formal del país es la más baja desde la observada desde febrero del 2010, cuando la tasa de trabajadores asegurados crecía a un ritmo de 1.3 por ciento.
Este ritmo también está lejos de la tasa de 4.6% que se alcanzó en marzo del 2017, cuando el empleo formal crecía a su mayor intensidad durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto. Ese año, la economía mexicana creció 2.1% y se encontraba, de hecho, en una fase de ralentización, pues venía de crecer 3.3% en el 2015 y 2.9% en el 2016.
Según el promedio de los últimos pronósticos de crecimiento de los especialistas en economía que encuesta mensualmente el Banxico (recabados en diciembre), en el 2019 el PIB mexicano prácticamente se mantuvo estancado con un crecimiento raquítico de 0.03%.
Si consideramos los primeros 13 meses de la administración del presidente López Obrador, el saldo de hecho se pinta de rojo, pues entre el 31 de noviembre del 2018 (un día antes de que iniciara su gobierno) y el 31 de diciembre del 2019 se han perdido, 36.484 plazas de trabajo.
Se trata, así, del peor inicio de sexenio desde la Presidencia del expresidente Vicente Fox (200-2001), cuando se perdían 606.569 empleos, aunque entonces, a diferencia de lo que sucede ahora, la economía se encontraba en recesión.