El dispositivo, que toma elementos del espectrómetro de masas, podría aportar al desarrollo farmacéutico y la detección y tratamiento de enfermedades. Fue desarrollado por la estadounidense Oak Ridge National Laboratory.
Una herramienta que busca ofrecer microscopía de clase mundial y análisis químico, contribuyendo a la química, el desarrollo farmacéutico y la detección y tratamiento de enfermedades, es la que presentó el Departamento de Energía del laboratorio estadounidense Oak Ridge.
Se trata de un híbrido entre un microscopio y un espectrómetro de masas, y que no requiere un pretratamiento de las muestras para analizar compuestos químicos con resolución submicrónica, es decir, con menos de un centésimo del ancho de un cabello humano. Las características del aparato fueron publicadas en la revista Analytical Chemistry.
"Conocer la base química de las interacciones materiales que ocurren en las interfaces es vital para diseñar y avanzar en nuevos materiales funcionales, como elementos fotovoltaicos para energía solar", dijo Gary Van Berkel, quien participó del desarrollo del instrumento. "Adicionalmente, la nueva herramienta puede ser utiliza para comprender mejor la base química de procesos biológicos importantes, como el transporte de drogas, el avance de una enfermedad y la respuesta a un tratamiento".
El instrumento híbrido transfiere pequeñas cantidades de un material, como tejido humano o un polímero orgánico, y lo transporta en un flujo líquido a la fuente de ionización del espectrómetro de masas. En apenas segundos, muestra los resultados en la pantalla.
Los investigadores notaron que la resolución de menos de un micrón es esencial para diferenciar con precisión entre los polímeros y subcomponentes de células de tamaño similar.
"El esprectrómetro de masas de hoy no tiene la posibilidad de adquirir información molecular de un amplio espectro de compuestos", dijo Jack Cahill, quien también participó del desarrollo del aparato. "Ejemplos de ello son los polímeros sintéticos usados en materiales funcionales, o biopolímeros como la celulosa en las plantas o las proteínas en tejido animal". Para resolver ese problema, la nueva tecnología entrega un detalle químico a través de una interfase simple, y, además, es capaz de operar en condiciones ambiente normales.
La Oficina de Ciencia del Departamento de Energía de EE.UU. fundó la investigación, mientras los tejidos necesarios para las pruebas fueron provistos por Instituto Nacional de Abuso de Drogas y la agrupación Institutos Nacionales de Salud.