Son conceptos normalmente analizados por separado; sin embargo, no solo están integrados sino que se constituyen en los factores críticos del éxito en la creación.
El crear empresas o introducir productos inéditos al mercado, trae consigo un riesgo ineludible, tanto en el ámbito tecnológico, como financiero y de mercado, siendo notoria la alta tasa de fracasos, fundamentalmente producida por un manejo y desarrollo muy intuitivo y poco científico, por parte de muchas organizaciones y emprendedores.
Para mejorar esta situación, las actividades involucradas en la creación de empresas y la introducción de nuevos productos, deberían manejarse con criterios y metodologías que han probado disminuir los peligros de un fracaso y aseguren, en alguna medida, el aumentar las posibilidades de éxito.
En las nuevas condiciones competitivas, de globalización e incertidumbre, las tres piedras angulares del emprendimiento son definitivamente la creatividad, la innovación y el marketing.
La creatividad se relaciona con la búsqueda y aprovechamiento de oportunidades de ideas que satisfagan necesidades reales y sentidas del mercado; la innovación se refiere a la aplicación y desarrollo de productos y empresas.
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