Índice de Gerentes de Compras cayó a 52,5 en mayo, su nivel más bajo desde agosto del 2017.

La actividad manufacturera japonesa creció en mayo a su ritmo más lento en nueve meses al enfriarse los nuevos pedidos, mostró este miércoles un sondeo preliminar, lo que sugiere un debilitamiento en la demanda interna que podría obstaculizar un repunte de la economía.

La lectura preliminar del Índice de Gerentes de Compras (PMI, por su sigla en inglés) del sector manufacturero japonés, elaborado por Markit/Nikkei, cayó a 52,5 en mayo, su nivel más bajo desde agosto del 2017, desde una cifra final de 53,8 en abril.

Aún así, el índice se mantuvo por encima del nivel de 50, que separa la expansión de la contracción en la actividad, por vigésimo primer mes consecutivo.

"A pesar del prometedor repunte en los datos de abril, la lectura preliminar de mayo fue más bien decepcionante, ya que la cifra principal indica la expansión más débil en nueve meses en el crecimiento del sector manufacturero", dijo Joe Hayes, economista de IHS Markit, que recopila la encuesta.

El índice preliminar de los nuevos pedidos cayó a 52,3 en mayo desde una lectura final de 53,8 el mes anterior, en una señal de que el consumo interno en la tercera economía más grande del mundo se debilitó ligeramente. La producción también se expandió a un ritmo más lento frente a abril.

Sin embargo, el índice de nuevos pedidos de exportación subió a 51,0 desde 50,4 en abril, lo que sugiere un rebote de la demanda global. Un auge mundial de las exportaciones apuntaló a muchas de las economías regionales dependientes del comercio durante el 2017 y hasta el 2018.

Sin embargo, la economía japonesa cortó su mejor racha de expansión en décadas en el primer trimestre de este año, cuando su Producto Interno Bruto se contrajo más que lo esperado por la debilidad en el gasto de los consumidores, la inversión empresarial y las exportaciones.