Walter Brizuela, asesor de empresas y autor del libro ‘Claves para progresar en la vida’, refiere sobre las fortalezas de los millennials y de qué manera se pueden integrar con éxito en la empresa.
Comprender cuál es el valor diferencial que cada generación aporta a la sociedad, y en particular al mercado laboral, es crucial para poder integrar las nuevas generaciones de profesionales de una manera eficiente a las empresas. Un proceso que se renueva constantemente y nos enfrenta a nuevos desafíos, bajo la premisa de la convergencia como factor de crecimiento y progreso.
Si ignoramos las particularidades propias de los nuevos talentos y el aporte con el que pueden contribuir al crecimiento de una organización productiva, en sus distintos procesos (operaciones, administración, finanzas y comercial), estaremos desperdiciando una oportunidad única de evolución corporativa, y la empresa ingresará en un proceso de colisión que sin duda afectará su desenvolvimiento y resultados de negocio.
La capacidad de generar espacios de convergencia entre la cultura organizacional y la idiosincrasia de las nuevas generaciones es directamente proporcional con el nivel de salud y equilibrio que tendrá una compañía.
¿Cuál es el valor agregado que pueden aportar los millennials y de qué manera se pueden integrar exitosamente en la empresa, para fortalecer sus condiciones de progreso? A continuación, la respuesta:
1. Placer y flexibilidad
Los jóvenes actuales tienen como premisa de vida la búsqueda del goce y como una de sus características representativas la flexibilidad. Para los millennials nada es permanente ni hay compromisos a largo plazo (sino renovables, en una suerte de negociación constante), y siempre se debe estar listo para cambiar la sintonía, en el momento en el que sea requerido. Si un empleo no les resuelve esta necesidad o no les brinda un ámbito de trabajo relajado y sin stress, lo abandonan, para buscar nuevos horizontes.
Esta postura está llevando a que las empresas revean modelos de estructuras laborales acartonados y comiencen a preocuparse por desarrollar ambientes de trabajo que generen el mayor bienestar posible. En este contexto, el teletrabajo comienza a ser más valorado y comienzan a pensarse en la necesidad de vivir experiencias de vida satisfactorias dentro del espacio laboral.
Atar a los millennials a protocolos arcaicos es el primer paso hacia el fracaso de su incorporación. Encorsetar detrás de un escritorio a una generación que por definición no está diseñada para eso, es uno de los peores errores de management que se pueden cometer. Los millennials no son empleados, son emprendedores (aún dentro de una empresa), y desde este rol es donde más pueden aportar a la organización.
Los jóvenes hoy pasan de la universidad o incluso del colegio al emprendedurismo, de un día para otro, y el reto de las empresas es facilitar y despejar de obstáculos ese proceso.
2. Liquidez y dinamismo
Los millennials necesitan obtener beneficios en forma instantánea. Si un entorno laboral no asimila su dinamismo, dirigirán su atención a otros proyectos, pudiendo perderse en este proceso talentos valiosos para el crecimiento de una compañía.
El desafío es integrar a una generación líquida, cuyo impulso es orientarse a negocios que generen liquidez inmediata, y en la que nada es permanente ni hay compromisos a largo plazo (sino renovables, en una suerte de negociación constante).
Las empresas deben asimilar la necesidad de liquidez de los jóvenes actuales, ofreciéndoles un espacio en el que puedan desarrollarse. En este proceso, cobra especial importancia la capacidad de poder desafiar a los millennials a generar riquezas, además de dinero, para mejorar su calidad de vida y progresar; teniendo en cuenta que esta nueva generación no tiene incorporada la cultura del trabajo y que los modelos que más se adaptan a su cultura son las franquicias y el e-commerce.
3. Cultura renovada para asimilar nuevos clientes
Los hábitos culturales que incorporan los millenniales a una empresa permitirán que una organización pueda conectar mejor con una nueva generación de consumidores, que hoy buscan que las marcas no solo les brinden valor agregado y calidad en sus productos y servicios, junto a buenas experiencias de compra, sino que además -y fundamentalmente- representen sus valores y visión de la vida.
4. Adaptabilidad al cambio
En un mundo dinámico donde la revolución industrial lleva y llevará a que debamos reconvertirnos profesionalmente en varias oportunidades durante nuestra vida, los millennials cuentan con la ventaja de la adaptabilidad líquida a diversos entornos. El cambio es un excelente combustible para alimentar la necesidad de vivir nuevas experiencias.
Para las empresas esto representa un alto valor agregado en procura de mantener y mejorar sus niveles de competitividad, ya que contarán con una generación pre programada para adecuarse a circunstancias de cambio permanente.