La chilena Universidad Santa María (USM) y Deloitte presentan estudio sobre el grado de madurez de las PMO en 125 empresas chilenas.
Conocer el estado y características de las oficinas de proyectos en las organizaciones chilenas, también conocidas como PMOs por sus siglas en inglés, es el principal objetivo del reciente estudio que por segundo año realiza el Centro Desarrollo de Proyectos TI del área de Extensión del Departamento de Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) y Deloitte.
El reporte también busca determinar el grado de madurez de la Gestión Corporativa de Proyectos en las 125 empresas que participaron del estudio, y su evolución con respecto a los resultados del año anterior.
Se comenzó con la hipótesis de que las empresas que invierten en desarrollar su modelo de gestión de proyectos mejoran el resultado de sus iniciativas y se confirmó que es así, tanto en el estudio de 2013 como en el de 2014, midiendo madurez y performance.
El estudio analizó cuatro aspectos: metodología, roles y Ffnciones que la PMO cumple dentro de la organización, qué herramientas son utilizadas y las personas que trabajan en los proyectos, sus capacidades, habilidades y conocimientos.
Las conclusiones fueron expuestas por Sergio Concha, socio Consulting de Deloitte, quien destacó que no hay empresas en Chile que alcancen el nivel de madurez optimizado (5° nivel), lo cual es esperable dado que son bastante nuevas en Chile, y la gran mayoría de las empresas se encuentra entre los niveles 2 y 3.
En cuanto a la performance, de 4 niveles hay un 7% de las empresas en el nivel alto y nuevamente el grueso de las empresas están en los dos niveles intermedios y hay un 14% de las empresas en el nivel más bajo, “lo cual no es menor, se trata de un número importante de empresas que tienen performance bajas, eso significa que sus procesos se atrasan más de la cuenta, cuestan mucho más de la cuenta y probablemente no cumplen con los objetivos”, explicó Concha.
En cuanto a la dimensión más débil es la de las personas y la más desarrollada es la de las metodologías. También se demostró en el estudio que el aspecto que más influye en la performance es la metodología, es decir, debe haber aspectos bien definidos que son aplicados por todos los participantes, generando un efecto inmediato en el resultado del proyecto. Por lo tanto, donde hay que invertir inicialmente es en estandarizar los procesos.
La gran deuda se da en la dimensión de las personas, el 72% de las empresas está en el nivel inicial, o sea el camino de mejoras es enorme: “invertir en nuestra gente es todavía una iniciativa que está muy poco presente en las organizaciones, esto se alinea con otros estudios que muestran que en las organizaciones chilenas hay poca inversión en las personas. Si no invertimos ahí, estamos de alguna manera, hipotecando el desarrollo de la madurez de las otras tres dimensiones”, explicó el experto.
Por último, en cuanto a los desafíos para las oficinas de proyectos van en el sentido de lograr una mayor organización y que ésta a su vez se traduzca en mayor metodología y evolucionar de ser operativas a estratégicas.
Luis Hevia, subdirector de Extensión del Departamento de Informática, destacó la importancia que reviste este estudio para diagnosticar la realidad nacional, y el aporte que en dicho contexto realiza la Universidad Santa María.