El 65% de los emprendimientos fracasan por no tener ingresos suficientes para subsistir. Sin embargo, existen varias opciones que puedes considerar para financiarla.
Si eres un emprendedor que cuentan con una idea de negocio que soluciona una necesidad y un producto o servicio con un mercado potencial, el primer problema al que probablemente te enfrentarás es no contar con el dinero suficiente para echar a andar tu plan de negocios. ¿Qué necesitas? Financiamiento.
Pese a que México es el segundo país con más startups en América Latina, de acuerdo con el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CIDCE), el 65% de los emprendimientos fracasan por no tener ingresos suficientes para subsistir. Sin embargo, existen varias opciones que puedes considerar como fuente de financiamiento al inicio de tu startup.
¿Debo usar mi propio dinero?
Como emprendedor debes de entender que existe una buena posibilidad de fracasar, por lo que invertir tu propio capital no es la mejor opción. Esto se debe a que cuando tus ahorros se acaben seguro empezarás a contraer deudas, y si la empresa falla esas deudas serán tuyas por completo.
“Si tu proyecto vale la pena, seguro deberías poder conseguir gente que invierta en ti. Hay negocios que se financian con las ideas, no con modelos probados. Hay buenas ideas que se incuban y dan origen a negocios. Hay que pensar en grande pero empezar en pequeño”, señala Jorge González, director general de G2 Consultores.
Entonces, ¿cuáles son las mejores opciones?:
La triple F
Friends, Family and Fools es una de las primeras fuentes de financiamiento. Es cuando un emprendedor inicia su negocio gracias a la ayuda de familiares y amigos; es decir, con el dinero de gente que confía en ti.
Con esta financiación no podrás levantar cantidades altas de capital, pero una de las ventajas es que puedes conseguir dinero de manera rápida porque es cuestión de convencer a la gente que te aprecia, que cree en ti y en tu proyecto.
Inversionista Ángel
Por lo regular son empresarios o personas independientes que buscan empresas que poseen un alto contenido innovador o potencial de crecimiento importante. Estos inversionistas muchas veces son el salvavidas de las startups que tienen grandes expectativas de convertirse en compañías exitosas.
La ventaja de este tipo de financiamiento es que al ser empresarios te podrán aportar su experiencia y su conocimiento, además de que pueden contar con una red de contactos que seguro te ayudarán en un futuro cercano.
Como el inversionista Ángel invierte su propio capital, se involucrará más en tu negocio, por consiguiente, actuará como si se tratara de un proyecto propio. Según los expertos, se estima que en México existen cerca de 800 ángeles inversionistas, cuyo ticket promedio es de US$50 mil.
Aceleradoras e incubadoras
Aunque te pueden apoyar con financiamiento (montos pequeños), típicamente no se les considera una fuente de capital, más bien son un semillero de información y de sabiduría. Estas son empresas que ayudan a tu startup a crecer de manera rápida y, sobre todo, te preparan con asesorías para acceder a financiamientos de mayor valor, así como a diseñar, retocar o actualizar tu planeación estratégica.
Una ventaja de este tipo de empresas es su amplia red de contactos, beneficio que te puede llevar a tener a otros emprendedores como mentores, lo cual es una gran ventaja. “No hay mejor ayuda que la de alguien que ya recorrió el camino por el que tú estás comenzando”, señala el experto.
De hecho, un reporte realizado por Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE) y Emory University determinó que, con base en datos de 2 mil emprendimientos de 42 programas de aceleradoras, las startups que se suman a este tipo de grupos tienden a crecer a ritmos significativamente mayores que aquellos proyectos que no lo hacen.
¿Y los bancos?
La financiación bancaria no es la más recomendable, ya que además de contar con intereses elevados, la deuda la estarás contrayendo directamente tú. Igualmente es muy difícil para una startup poder acceder a un crédito de este tipo debido a los requisitos que estas instituciones solicitan.
“Técnicamente una startup en etapa temprana tiene pocas oportunidades para iniciar con un financiamiento bancario. Sobre todo porque los bancos no le prestan a una compañía que tiene capital contable negativo o que no tiene utilidades”, explica González.
Tu startup tiene posibilidades de fracasar, por lo que tener un crédito patrimonial, como lo es el bancario, es de alto riesgo; es decir, ¿estás dispuesto a dar tu casa por haber fallado como startup?
Otro punto es que el banquero no te brindará asesorías, experiencia, contactos, entre otros, como sí lo haría un inversionista. Lo que buscan y les importa a estas instituciones financieras es que cuentes con la capacidad de pago.