Estudios en el Reino Unido hablan de un aumento del 17% en la productividad.
La tecnología ayuda y aporta a muchos aspectos de la vida cotidiana, por ejemplo, hoy es posible realizar la mayoría de las cosas desde la comodidad de un Smartphone, como comprar comida, pagar las cuentas, ver televisión, etc.
Una oficina inteligente es parte de la evolución de la tecnología a favor de las personas, como por ejemplo con regulación automática de la temperatura o encendido de las luces en función de las necesidades de la persona.
“Una oficina inteligente es un espacio amigable con los trabajadores y con el entorno, facilitando así desarrollar la actividad laboral en condiciones óptimas, mejorando la productividad de los empleados gracias a la ayuda de la tecnología. Es un uso eficiente de los recursos”, señala Marcelo Cadile, gerente comercial de Idapi, empresa especialista en repuestos e insumos de aire acondicionado y refrigeración.
Es importante reducir el consumo de energía y aumentar el confort y la seguridad en el trabajo, siempre en beneficio de los empleados. Es el principal objetivo para quienes diseñan los nuevos espacios de trabajo y que apuntan directamente a un aumento de la productividad.
“Un gran número de personas pasan muchas horas sentadas frente a un teléfono o un ordenador, por lo que se intenta optimizar las condiciones del lugar de trabajo con el fin de mejorar las condiciones y conseguir la satisfacción de los empleados”, explica el ejecutivo.
Los estudios validan los hechos. Según señaló la Universidad de Exeter en el Reino Unido, los efectos psicológicos que causan oficinas diseñadas amigablemente han concluido que aumentan en 17% la productividad de la empresa. Es por eso que la eficiencia energética y el autoabastecimiento suponen el gran desafío para muchas compañías, aspectos que además ayudan al ahorro económico y de energía.
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