Por María Mercedes Yeomans, docente de la Facultad de Educación Universidad de Las Américas.
El lanzamiento del Centro de Innovación Mineduc trae muchas expectativas al prometer identificar, desarrollar y escalar soluciones innovadoras para todos los estudiantes chilenos como herramienta de mejora de la calidad de la educación.
Chile es un país que podría ser muy bien evaluado en cobertura educacional. 94% de las personas entre 5 y 14 años se encuentran estudiando y, en el área de educación superior, fue considerado el país de América Latina que más subió su tasa de cobertura en 10 años. Claramente podemos enorgullecernos de los resultados obtenidos respecto al acceso que tienen los chilenos a la educación en sus diferentes niveles en variados escenarios que, por supuesto, son perfectibles.
Pero el propósito de la creación de este Centro de Innovación es, quizás, una respuesta al grito desesperado que se ha escuchado por años: no basta con educar, sino que debemos educar bien.
Como profesora, me sorprende enormemente las diferencias que existen de un aula a otra cuando muchas veces se utilizan exactamente los mismos planes y programas de gobierno. En el famoso libro “Un 7 para siete”, donde se exponen siete realidades chilenas diferentes (muchas en situación de pobreza, donde se logran resultados destacados), se presentan factores incidentes que tienen que ver principalmente con las personas, los ejecutores y los equipos de trabajo. Por otra parte, tenemos la gran brecha que existe entre establecimientos públicos y privados, donde año a año podemos comprobar que los mejores resultados SIMCE y PSU corresponden a colegios privados.
En educación, claramente podemos hablar de buenas y malas prácticas y, lo importante que ofrece este Centro de Innovación, es un espacio de aprendizaje colaborativo donde podamos aprender de las experiencias de los otros. El Centro de Innovación Mineduc tiene la finalidad de “generar un ecosistema educacional de innovación, que permita hacer confluir todos los programas del sector público y el privado en un solo lugar”. Esto ayudará a tomar lo bueno de los diferentes sectores y replicarlo, idealmente.
Queda la duda del método que se utilizará para llevar a cabo los objetivos del centro, los que abarcan el lenguaje digital, el idioma inglés y la educación del futuro. Ya están abiertas las inscripciones que dan inicio al Plan Nacional de Lenguajes Digitales ofreciendo un curso de programación para todos los interesados desde los 8 años de edad. Es un bello sueño. Esperemos que también sea una respuesta para el Chile bilingüe que se nos viene presagiando desde siempre.