Pasar al contenido principal

ES / EN

Cuando más es menos: obesos sufren falta de vitamina E
Lunes, Noviembre 2, 2015 - 16:05

Expertos de la Universidad de Oregon, EE.UU., sostienen que el desorden metabólico genera un menor aprovechamiento de este esencial nutriente, por lo que una dieta baja en grasas podría ser peligrosa.

De las personas obesas se puede pensar que no carecen de nutrientes, especialmente aquellos derivados del consumo de grasas. Esa apreciación está en debate, tras un estudio realizado del Instituto Linos Palling, de la Universidad Estatal de Oregon, en EE.UU.

La investigación sugiere que las personas que tienen dicho síndrome metabólico enfrentan un problema paradójico: su cuerpo necesita mayor cantidad de vitamina E, porque su peso genera un aumento en el estrés oxidativo, pero, por lo mismo, su cuerpo utiliza el nutriente con menor eficiencia.

Según los expertos, las conclusiones del estudio van contra la intuición. La vitamina E es un micronutriente liposoluble y, en teoría, debería estar disponible en altos niveles en personas que consumes alimentos altos en grasas en grandes cantidades. No obstante, según el estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, cuando se trata de personas obesas, el nutriente no llega a los tejidos donde más se requiere.

“La vitamina E está asociada con lípidos, la grasa que se encuentra en la sangre”, explica la profesora Maret Traber, investigadora en el Linus Pauling Institute, citada en el sitio Eurekalert, “pero mayormente es un micronutriente que se está dejando arrastrar. Descubrimos que los tejidos de personas obesas están rechazando algunos de estos lípidos, porque ya tienen suficiente grasa. En ese proceso, también rechazan la vitamina E”.

Este nutriente, junto con la vitamina C, constituye la defensa natural del organismo contra el estrés metabólico que causan los oxidantes generados por la grasa. Está presente especialmente en nueces, semillas y aceite de oliva.

Por ello, según la investigadora, el resultado de la investigación apunta a que “aunque los tejidos están enfrentándose a un estrés oxidativo serio, la entrada de vitamina E es reducida. No consiguen una cantidad suficiente de este importante elemento”.

Otra de las paradojas del estudio es su aplicación a una dieta diseñada para bajar de peso. “Cuando las personas intentan perder peso, comúnmente empiezan por limitar su consumo de grasa”, sostiene Traber, y agrega que “esa visión puede, a veces, empeorar la deficiencia nutricional. Tiene sentido si se quiere reducir calorías, pero la grasa es la fuente más común de vitamina E”.

El estudio analizó los casos de adultos con síndrome metabólico y otros sanos. Los autores concluyeron que fueron los primeros los que mostraron más déficit del nutriente.