Estudiar un Master en Administración de Empresas puede reportar beneficios de hasta US$1,5 millones a lo largo de la carrera, además de ampliar competencias y obtener reconocimiento en el mundo laboral.
Tras egresar de la universidad, los alumnos con mayores perspectivas de futuro -y recursos económicos- piensan en estudiar una Maestría en Administración de Empresas (MBA), que le proporcione los conocimientos y la experiencia necesaria para emprender.
Los programas cuestan, al menos, US$20.000, un monto que no todos pueden pagar. Sin embargo, realizar esta inversión, puede generar que los profesionales egresan con un nivel tan alto para dirigir y administrar negocios, que el retorno se podrá, de seguro, verse incrementado mes a mes.
El sueldo de un MBA suele ser superior al de un ejecutivo con otro título de posgrado, pero determinar ese porcentaje es complicado y varía en función de la empresa, explica la directora ejecutiva de Programas Económicos de Posgrados de la Universidad de Chile, Verónica Kunze.
"Determinar un porcentaje exacto es difícil, sobretodo porque un ejecutivo con un MBA no busca, a priori, el mismo tipo de trabajo que una persona que no tiene este título. Un MBA no busca empresas públicas, busca empresas privadas, con más recursos”, dice.
Sin embargo, la académica sostiene también que “cualquier persona con un magíster o doctorado opta a un sueldo superior respecto de una persona que no lo tiene. Hoy en día, si uno no se especializa para actualizarse y seguir formándose, se reducen las posibilidades laborales”.
Aumento paulatino. Estudiar un MBA amplía, sin duda, los recursos económicos de un empresario. Para comprobar esto, la profesora Kathleen Fitzgerald, de la University of Chicago Booth School of Business, realizó un estudio en el que analiza el beneficio de un estudiante luego de realizar un MBA. Según el sondeo, el salario puede ascender casi a US$1,5 millones a lo largo de toda su carrera profesional, estimada en 30 años.
Fitzgerald explica que, en un primer momento, las diferencias en salario son mínimas. Vale decir que, según la académica, la discrepancia numérica entre alguien que estudió un MBA y alguien que no es sólo de US$1.500. Sin embargo, ésta se va incrementando en el tiempo.
Al quinto año, por ejemplo, la brecha de ingresos alcanza los US$8.300. En una década será de US$20.400 y en 15 años alcanzará los US$37.300. En el ejercicio final de su carrera, con 25 años, este importe sube a US$92.500.
En definitiva, el estudio concluye que el impacto de realizar estudios superiores en los ingresos de un ejecutivo puede llegar al 900% del dinero invertido, obteniendo US$13 por cada dólar invertido.
Por otro lado, Ricardo Pino, subdirector académico de Centrum Católica de Perú sostiene que "estudiar un MBA no necesariamente garantiza un aumento de sueldo, aunque podría aumentar las posibilidades de una persona de ingresar a una organización".
Según el especialista, lo que permite que una persona gane más dinero es el valor que genera a la organización. Es decir, si al estudiar el MBA la persona aprende a generar más valor para su organización, entonces sí podrá ganar más. "Por eso es necesario escoger muy bien dónde se estudia", recalca.
Un valor añadido. Los expertos coinciden en que la propuesta de valor del graduado radica en su red de contactos, una visión de negocio mucho más completa y la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones. Esas son las competencias que, en definitiva, da una formación de posgrado de este tipo y son las que, a su vez, reciben reconocimiento en el mercado laboral a través de la compensación.
Y aunque lo relacional o social no tiene más importancia que lo académico, otro aporte de los MBA, valorado por los graduados es la posibilidad de conocer ejecutivos, empresarios y emprendedores que puedan desarrollar negocios o actividades profesionales en conjunto. Un valor añadido a lo que significa invertir en un programa de este tipo que, de alguna u otra forma, siempre traerá beneficios a los profesionales.