La imaginación es un arma mortal para ti y tus emociones. No permitas que tus sentimientos salgan lastimados con estos comportamientos.
Para algunas personas es normal terminar sus relaciones afectivas y quedar en buenos términos, después de haber experimentado muchos sentimientos con una persona que fue especial en su momento.
Aunque en teoría estos “personajes” deberían quedar en el pasado, resulta, en ocasiones muy difícil dejar a un lado toda la química y la pasión que se exploró en un momento determinado. Hay algunos pensamientos que pueden hacer que nuestro comportamiento sea repetitivo y nos convenzamos de cosas como, por ejemplo: “es mejor bueno conocido, que bueno por conocer”, “él ya sabe cómo soy yo”, “prefiero no salir de mi zona de confort”.
Pero, ¿cuáles son las verdaderas razones para seguir cayendo en la “tentación”? La psicóloga Cecilia Rodríguez, nos cuenta cómo el cerebro actúa para convencernos de realidades distorsionadas para seguir con este “extraño” hábito.
Cerrar ciclos
Si tu relación se terminó sin una razón real, sino por confusiones o conflictos internos por parte de alguna de las dos partes, tener relaciones sexuales es una forma de buscar razones para entender por qué todo llegó a su final. Este tipo de acciones, pueden crear una dependencia emocional que puede terminar en crisis depresivas, si no se tiene la madurez suficiente para enfrentar el tema.
Ayuda a superar la tristeza de la ruptura
No es muy fácil desprendernos de quién ha sido nuestro compañero de aventuras. Algunas veces, la rutina y la cotidianidad hacen que caigamos en juegos mentales que no nos ayudan a superar los duelos emocionales, es por esto, que recurrimos a tener sexo con la persona que más nos conoce, acción que da paso a un posible distanciamiento, cuando ambas partes se den cuenta que solo hay cama, generando aburrimiento y deciden darle fin al compromiso en buenos términos.
La soledad se apodera de ti
Convertimos a nuestras parejas en nuestras familias, en cómplices de nuestros buenos y malos ratos, y a veces puede resultar difícil “dejar ir” todo lo compartido. Es por esto, que luego de haber terminado la relación, entras en un momento en el que la ansiedad se apodera de nosotros y empieza a hacernos malas jugadas con nuestro pasado.
Una llamada, un mensaje por WhatsApp, o una simple invitación a cine, puede que despierte emociones y sensaciones que ya antes se habían experimentado, pero esto, lo hace la cabeza, con toda la consciencia de que lo único que quieres dejar de lado es tu soledad y la sensación de mirar al lado y no encontrar a nadie que esté ahí para ti.
Lo grave de esta situación, es que, aunque le pongas adornos, el resultado al final va a ser el mismo, vivir en soledad, porque no hay ningún compromiso formal de nada. Así que exigir pasa un octavo plano en tu vida.
¿Acaso crees que hay posibilidad de volver?
Tener encuentros íntimos luego de haber tenido una ruptura amorosa, no es garantía de que los lazos afectivos se van a volver a solidificar. No te engañes pensando que la cama es la mejor respuesta a la reconciliación de algo que posiblemente ya está roto y no tiene remedio alguno.
Algunas segundas partes son buenas, pero en la mayoría de los casos, alguno de los involucrados termina muy afectado, el sentimiento, se transforma y ya nunca vuelve a ser igual.